Usuario invitado
22 de mayo de 2023
Acudimos porque nos habían regalado una experiencia en este balneario. La reserva y la recepción fue buena. Al entrar en la habitación te invade un olor “raruno” y desagradable, y no era olor de limpieza o lejía, era tipo como pintura; por lo que tuvimos que abrir la ventana. Había zonas de la habitación donde la limpieza brillaba por su ausencia. El grifo de la la ducha medio roto y el interior de los radiadores llenos de pelusa. Al bajar al desayuno nos metimos en la zona dedicada únicamente a los grupos del inserso (no hay ningún cartel que indique a qué comedor tienes que entrar) y un camarero nos echó de esa zona sin darnos tan siquiera los buenos días, cuando ya nos habíamos servido parte del desayuno. El desayuno no es malo, pero tampoco es una excelencia. En la parte del balneario te dicen que son aguas medicinales, pero tienen lo mismo de medicinales que las piscinas de mi pueblo: es una piscina con chorros. Tienes que bajar con chanclas, las que te dejan ellos son súper peligrosas y más para la media de edad de la gente que va allí. Respecto al menú, no está mal, pero no valen los 26 € que piden por él. Éramos 4 en el salón y la camarera no se acordaba de lo que habíamos pedido. Sin duda un sitio en decadencia y que necesita una reforma urgente. A no ser que me pague el viaje el Inserso, no volveré.