Hotel Palacio Guevara

Hotel acogedor, con mucho encanto y muy bonito. Todo estaba súper limpio! El personal es súper amable y atento. Solo ha habido alguna “pega” por las que para mi gusto, no es excelente: - No tiene ascensor. Íbamos en familia con un carrito de bebé y cuando llame para reservar, no me informaron. No sé si el hecho de habérmelo dicho hubiese influido en reservarlo o no, pero creo que deberían avisarlo. - La habitación no tiene mini bar. No es imprescindible pero viajando con niños, siempre viene bien para guardar alguna cosilla. Ya en casi todos los hoteles lo tienen. De volver por la zona, repetiríamos. El pueblo no tiene mucha cosa, pero al lado está Cabezón de la Sal, que tiene de todo.

Le falta reforma y limpieza. Planta superior infernal de calor, rota la tela de la ventana, olor a polvo, colchones mejorables y desayuno sin zumo natural , bolleria industrial. Ni un triste bizcocho casero. Alfombras de las escaleras roídas…. La falta invertir claramente

Siempre había ido a tomar un café o algo así porque es muy agradable, pero nunca habíamos comido y la carta tenía muy buena pinta. Comimos de menú y muchos de los platos, o igual todos, eran de la carta. Yo me pedí la ensalada de tomate y burrata y tacos de pulled pork, todo muy rico. Pedimos unas rabas para picar y muy buenas también, quizá algo saladas, pero ricas. El resto de comida gustó mucho al resto de comensales. Repetiremos.

Nos dieron una habitación totalmente expuesta al constante ruido de la carretera, lo que arruinó nuestra estancia. Además mi habitación no tenía ventanas para ver nada, estaban en el alto techo. El palacio es en sí bonito y atractivo. Me arrepentí de coger media pensión pues tuve que elegir entre pocos platos y la carta era más extensa e interesante que lo que me ofrecieron con la media pensión.

Trato amable, habitación grande y limpia. Hotel muy bonito y la comida fantástica. Lo único que hubiera mejorado es que al amanecer había demasiada luz para mi gusto. Repetiremos.

nos hemos alojado unos días en el hotel y hemos estado muy a gusto, el personal muy atento y agradable, el hotel muy cuidado y tranquilo. Contratamos la media pensión y fue todo un acierto, tienen un menú muy completo donde puedes elegir entre unos 5 primeros y unos 5 segundos, todo lo que pedimos estaba muy rico y las raciones más que correctas. Los 2 camareros que nos atendieron en las cenas fueron muy rápidos tanto en servirnos como en cambiarnos los platos nada más acabar cada uno, muy atentos, nos sentimos casi como en casa, especialmente el chico joven, siempre con una sonrisa, en resumen, muy profesionales. Platos que más nos gustaron del menú : gyozas de verduras, tacos de cochinita (son distintos, tienen un toque como a lima pero muy ricos), y las albóndigas de vacuno en salsa de vino (increíble esa salsa). Además, te dan a elegir entre pan de harina o de maíz, este último iba con semillas, muy bueno. Puedes aparcar justo en la puerta o al salir, junto a la carretera, las habitaciones y los baños son amplios, echamos en falta un perchero o algo para poder colgar toallas, también dentro de la ducha algo para poder poner el champú o gel. La única pega que podemos poner fue la cama, que se nos clavaba todo, por lo demás, lo recomiendo 100%, una pena no habernos podido quedar más. Si volvemos a la zona, volveremos a alojarnos allí sin duda.

Me sorprendió el sistema para solicitar el desayuno a través de una lista. Las cantidades no eran muy abundantes y no había mucha variedad, especialmente de salados calientes, solo tortilla de patata y uno de los dos días que estuvimos ya no había.

Lugar agradable con buenos servicios y tranquilo