Usuario invitado
17 de noviembre de 2023
Durante mi estancia sentí una gran atención al detalle y era una posada en la que me gustaría volver a alojarme. Por ejemplo, había una serie de puntos a tener en cuenta, como la posibilidad de ajustar la cantidad de arroz para las comidas y el silencio del hotel por la mañana. Además, como no había televisión en la habitación, pude olvidarme del ajetreo y el bullicio de la ciudad y pasar un rato relajante en la ciudad de aguas termales. La falta de televisión daba la impresión de que la posada estaba diseñada para fomentar el diálogo. En concreto, las habitaciones tienen paredes pero están interconectadas, por lo que puedes tener una conversación en cualquier lugar, y puedes aprender sobre Kinosaki Onsen y el hotel desde la biblioteca y las revistas de la habitación (dispositivos que fomentan el diálogo).
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