Hotel La Barracuda

El hotel más sencillo en el que he estado. Los hervidores deben alquilarse por un cargo + depósito. No hay tazas ni cubiertos en la habitación. La mini nevera está vacía. Creo que puedo entender por qué el hotel tomó tales medidas dada la multitud que se aloja allí: demasiados británicos que gritan salvajemente. Las mesas de desayuno no tienen más que un mantel. Los sillones son de plástico desnudo, lo que los hace muy incómodos de usar. De hecho, la mayoría de las sillas no están disponibles para su uso porque los invitados tiran sus toallas para reservarlas y luego no aparecen durante horas. El personal permite este comportamiento. El entretenimiento ruidoso continuó hasta las 23:30 (acompañado por invitados de fiesta al lado), así que si quieres dormir en cualquier momento antes, olvídalo, es como tratar de dormir dentro de un club nocturno. No se proporcionan toallas de playa, las toallas de baño no se pueden sacar, por lo que si no trajiste las tuyas, es difícil. Es una propiedad de playa, pero la playa es privada y los huéspedes del hotel no obtienen ningún descuento. La ducha estaba caliente y tenía buena presión pero quedaban pelos en el desagüe. Las camas parecían buenas al principio pero me desperté con dolor de espalda. Subimos a echar un vistazo a la terraza de la azotea que tenía una pinta preciosa, pero no nos quedamos a tomar una copa. En general, el hotel no era para nosotros y ciertamente no lo recomendaría si buscas un lugar relajante.