SerGallardo
15 de enero de 2024
Repetimos alojamiento, esta vez con toda familia (niños y personas mayores). Las habitaciones espaciosas y las camas cómodas. Pero lo que no es de recibo es el poco civismo de algunos huéspedes y parte de la culpa la tienes los propietarios. Y mira que se advierte que se respete el silencio desde las 23:00 hasta las 8:00. Mucho cartel y mucho whatsapp, pero no hay nadie en recepción que controle o advierta personalmente a estos grupos. Pues nada a partir de las 1 de la madrugada llega el típico grupo de risas y cánticos, rompiendo algún cristal, y en vez de irse a sus habitaciones se quedan en el hall con su fiesta particular, y hace que todos nos despertemos. Y cuando parece que todo se calma, pues otro grupo a las 5 de la mañana festejando y cantando cumpleaños hasta que se quedaron sin voz. Eso si, encima de que no te dejan descansar, a las 11 tienes que abandonar las habitaciones. En fin, decepcionados.