Usuario invitado
7 de julio de 2021
La llegada al hotel fue extraña. Además de que tardaron un montón en hacernos el check-in, no se nos dio absolutamente nada de información sobre los servicios contratados; ni localización del restaurante, ni horarios de desayuno, ni sobre dónde estaba el spa que teníamos incluido con nuestra reserva. Más tarde además, nos dimos cuenta de que no habíamos aplicado el descuento de residente a la reserva y recepción nos negó el reembolso, supuestamente porque la reserva ya estaba confirmada y la cuenta facturada. A nuestra respuesta sobre que era algo tan simple como realizar una nota de abono y volver a facturar el precio correcto, no recibimos ninguna respuesta. Contactamos por correo electrónico con ellos porque era imposible encontrar la recepción vacía durante un momento y ni respuesta nos dan. Esto nos pareció lamentable. Una incidencia tonta que es totalmente solucionable en Lopesan o Cordial, resulta que en Nordotel es insalvable... Sin comentarios... Respecto a la habitación, reservamos una vista mar, y cuando llegamos, lo único que se veía era el techo del restaurante y las palmeras de enfrente. Por supuesto, pedimos cambio y nos subieron a un piso donde había mejores vistas. Lo que más me sorprende de los servicios ofrecidos en la habitación, es que pongan hervidor de agua y tazas, pero no infusiones, o botella de agua, pero no vasos... Nos quedamos un poco asombrados, y con la experiencia que tuvimos con recepción, ni preguntar quisimos. Otro detalle importante, sobre todo para las personas con movilidad reducida, son las escaleras de acceso al salón. Nada recomendable, ya no sólo para gente con hándicap, sino tampoco para niños... Por lo demás, el hotel cuenta con buenos servicios que, aunque reducidos, no están mal. Cuentan con un restaurante donde hay una buena oferta de desayuno, sin embargo el restaurante a la carta para el que nos dieron un descuento estaba cerrado entre semana... De nuevo daba la impresión de que recepción carecía de esta información... Respecto al bar que abre a las 18:00 nos encontramos con Pepe, un camarero muy profesional y simpático, de esos a los que da gusto conocer debido a la vocación de servicio que tienen y a lo mucho que les gusta su trabajo. Genial por el compañero. No quisimos probar el almuerzo ni la cena en el buffet, porque la oferta gastronómica de la zona es muy buena, y en concreto cenar en el hotel salía 20 euros por persona sin bebidas, y sabíamos que podíamos comer mejor fuera. De hecho, cenamos en el Addio Mare con entrantes, pasta, café y bebidas para dos personas por 33€, además de cenar también en Asia House más o menos por el mismo precio con entrantes, sushi, bebida y postres. El spa es lo más que nos gustó. Tania, la recepcionista fue muy amable y nos explicó el circuito detalladamente. Además lo encontramos poco concurrido, y aunque es pequeño, tiene todo lo que se necesita. En general le damos un tres, por el servicio tan deficiente que encontramos en recepción, además de esos pe