Hotel Campos de Castilla

Viajaba con mi pareja y con mi perra, una alaska malamuten de 30kg de peso y todo corazón... Me encantó leer en los comentarios que era un establecimiento pwet friendly y que admitía mascotas... MENTIRA COCHINA: solo si pesan menos de 10Kg y con suplemento (que es lo de menos)... Pero que yo sepa, el tamaño de la mascota no tiene nada que ver con la bondad y educación de la misma... Totalmente decepcionado con el establecimiento...

La ubicación es adecuada para iniciar excursiones, pues se encuentra a pie de circunvalación de Soria. El hotel es un edificio nuevo que añadieron al restaurante, que cuenta con una arquitectura y decoración castellana muy acogedora. La recepción el dia que llegamos fue decepcionante. Un señor con acento del este, seco y cortante que ni nos miró a la cara ni nos dio las buenas tardes, ni la bienvenida ni desear feliz estancia. Nos quito de encima en un momento como o si les molestáramos. El ultimo dia pregunté por el dueño para comentarle este proceder ¡y era él! La habitación justa de espacio, con una tele pequeña que no se ve desde la cama y tienes que ponerle algo debajo. Las lamparitas de noche no te permiten leer; doblamos la tulipa para poder hacerlo. La entrada no está cuidada, una manguera estuvo repartida por la terraza los cuatro días que estuvimos así como una maceta rota que nadie se ocupo de retirar y otras secas o vacías. Falta cuidado y cariño. El personal se vuelca con los parroquianos del bar y restaurante y a los huéspedes trato simplemente correcto salvo la camarera de piso que era encantadora. No cuidan al visitante. Esa mentalidad y trato es impensable en zonas turísticas.

Situado a las afueras de la población en un barrio. El hotel dispone de aparcamiento propio. Muy buena atención. El interior de estilo rústico. las habitaciones correctas y limpias. Hemos estado muy bien.

Nos alojamos en este hotel porque era de los pocos que permitían Mascotas y estaba preparado para persona con discapacidad. La habitación de lujo. El baño muy bien preparado y la cama comodisima. El bufet sin decir que era maravilloso, estaba bastante bien. El personal un poco de todo pero la mayoría encantadores. Una del grupo tuvo un problema y casi pusieron el hotel patas arriba para ayudarnos. Amabilísimas las chicas de la limpieza. Por suerte, se subsanó todo. Volveremos..