Karine et Stéphane
11 de agosto de 2024
Hotel en las alturas de Sesimbra, pero con servicio de transporte desde la mañana hasta la medianoche gestionado por el hotel (se requiere reserva para la salida, pero no necesariamente para el regreso, solo hay que esperar a que dejen a alguien)
Recepción: agradable, estándar de 4 estrellas, nadie habla francés.
Habitación con vistas a la piscina y terraza: muebles normales, no muy modernos, sobre todo linóleo en el suelo, lo que sorprende inmediatamente, habitación oscura, cama cómoda, pero sofá cama: inútil, sólo apto para niños pequeños porque miden 1,70 m de largo y el colchón tiene menos de 10 cm de grosor, y además cruje en cuanto la persona se mueve. Peor que una cama supletoria. Baño básico con inodoro justo detrás de la puerta, iluminación fría, juntas del baño no siempre limpias.
Agradable terraza con hermosa vista al mar.
Los empleados alrededor de la piscina no son nada profesionales (chico de playa)
Restaurante: buenos y frescos bocadillos para el almuerzo, hechos en casa.
El desayuno es un poco ruidoso y lleno de gente; unos minutos de espera antes de ser colocados (5 min), panes tortas pasteles producción industrial, pero zumo de naranja natural y huevos verduras
croque monsieur fresco
Piscina: tumbonas cómodas y siempre encontramos sitio, agua fría (estamos lejos de los 28 grados)
Sala de fitness: bien equipada, nadie
Espacios verdes muy bien cuidados
Sólo un bar integrado en el restaurante pero no apto para pasar la noche.
El personal de la habitación baja la cabeza y no saluda, y el personal de la habitación no sonríe, es frío o tímido.
Hay pues muchas cosas que mejorar para cumplir con las expectativas de los clientes acostumbrados a los 4 estrellas para tener una estancia más agradable.
Texto originalTraducción facilitada por Google