Usuario invitado
3 de octubre de 2024
Mi experiencia en el hotel fue agridulce. El personal de recepción fue muy amable y servicial, lo cual agradezco, pero la estancia tuvo varios inconvenientes. La alberca estaba en rehabilitación, a medio llenar, fría y sucia, lo que la hizo inservible. Las habitaciones, aunque espaciosas, tenían poca ventilación, olían a drenaje y la cama era dura, con almohadas incómodas que hacían ruido como plástico al apretarlas. Además, la habitación King estaba lejos de la recepción y no había elevador, lo que complicaba el acceso, sobre todo para quienes llevan carreolas o sillas de ruedas. Otro problema fue la escasa insonorización, lo que permitió escuchar constantemente a los vecinos, afectando nuestra tranquilidad. El desayuno, limitado en horario y opciones, terminó abruptamente, y el personal nos pidió retirarnos de manera poco amable. Dado que es parte de la cadena Fiesta Americana, esperaba una mayor calidad en la infraestructura y los servicios. Recomiendo mejorar el estado de las áreas recreativas y la comodidad de las habitaciones para ofrecer una experiencia más acorde con lo que la marca promete.