HOSTERÍA LA RACLETTE

Si bien solo nos quedamos una noche, es un lugar bastante acogedor. Tuvimos la suerte de tener una habitación familiar l que contaba con 2 camas individuales para nuestros niños y en un ambiente separado, una cama matrimonial para nosotros. El estilo es rústico y el único inconveniente, es que no es muy aislado de los ruidos de las habitaciones contiguas, pero en general, no habían huéspedes bulliciosos y el entorno al ser tranquilo, no fue un gran tema.

Es un lugar cálido, tanto por la decoración como por la atención que te brinda- El vecindario es hermoso, a 2 cuadras de las calles principales y centro. También está cerca del puerto sobre el lago Lácar- Lo único que les critiqué es que no tengan una cafeteria o restaurrante especialmente cuando volvés de las excursiones, tenés ganas de tomarte un cafecito. El desayuno abundante y variado. Destaco la atención de los recepcionistas Maxi y Carlos. Otra cosa que noté es que los huéspedes vuelven a la hostería y hay un trato familiar. Para mí es super recomendable-

Mi opinion: el desayuno escasisimo todos los dias lo mismo (las facturas la servian frias) , el restaurante no funcionaba, la caja de seguridad no estaba, el secador de pelo tampoco son detalles para tener encuenta

Opcion estratégica para hacer parada en la zona. La hosteria cuenta con todo lo necesario para estar a cuerpo de rey. Centrica, comoda, desayuno genial, limpia, agradable. Te informan d etodo lo que precisas

Si podes evitalo, lo mejor la atencion, limpieza, y la ubicacion, al llegar nos dieron la habitacion zuris( traten de evitarla, la tv era un monitor y no se podia ver de un lado de la cama, la otra parte de la pieza el techo casi llega al piso ) , pedimos el cambio de pieza y gracias a la atencion de tamara nos pasaron a cortina( mucho mejor, luminosa y mas amplia, para bañarse hay que tener cuidado de no golpearse la cabeza con el techo), el desayuno muy pobre. Resumiento : por la misma plata se puede conseguir un lugar mejor.

Recepción cálida, te guardan tus cosas hasta que puedas hacer check in. 2 tramos de escaleras para subir, el último tramo es muy estrecho, por suerte viajamos con poco equipaje. La ambientación es muy buena, mucha madera y detalles que ayudan a sentirse como en una casita alpina. La habitación Zürs, al menos, es muy pequeña, tanto en altura como en espacio. Tenes que estar agachado para pasar por las puertas (mido 1.78), la tele es un monitor pero al menos es HD. Buen balconcito. Esta habitación tiene 1 cama matrimonial y 1 de una plaza en otro espacio que es mas bajo aún el techo. En ese espacio hay una mesita que si tenes que trabajar te viene perfecto, también tiene puerta por lo que si uno tiene que trabajar no molesta a la otra persona. El baño es ínfimo. Salía un poco de agua afuera de la bañera por lo que usamos una toalla como alfombrita. La temperatura del agua es muy buena. El desayuno normal, aunque le falta más variedad de frutas, granola (clave para hacer deporte o caminar mucho). Falta un eschufe del lado izquierdo de la cama. Buena estantería para poner objetos además del placard. En relación precio calidad está bien. El wifi no es bueno pero no se si es un tema del hotel en sí.