Usuario invitado
15 de noviembre de 2022
El resumen de lo que voy a detallar es que la estancia fue absolutamente decepcionante. La dueña está encantada de conocerse a sí misma pero lo primero que tiene que hacer es conocer lo que hace, lo que ofrece y finalmente lo que realmente está dando en su alojamiento. Suciedad por todos los rincones, negligencia y falta de mantenimiento. Detalles muy sencillos que tan solo se resuelven con un poco de dedicación. En todo momento cuando manifestábamos las carencias, la responsable ponía en duda todo lo que le decíamos hasta que se lo demostrábamos. El día que nos íbamos la invité a visitar conmigo la casa para demostrarle que todas las quejas eran fundadas pero no tuvo la más mínima intención. Imagino para no pasar vergüenza, aunque tengo claro que sabe perfectamente lo que tiene pero tiene tanta cara que le da lo mismo. No tuvo el más mínimo pudor en cobrar la estancia como si nos hubiera alojado en un sitio acondicionado, algo muy lejos de la realidad ya que era indecente. Reservamos esta estancia hacía más de un mes un grupo de amigos para pasar el fin de semana. Tiempo suficiente para tener los preparativos necesarios a nuestra llegada. Al ser la encargada estuve hablando con la persona responsable en numerosas ocasiones, en las cuales, manifesté que queríamos estar en una casa solos para poder hacer nuestras cenas, desayunos y quedarnos de copas por la noche a nuestro aire. En todo momento expresé claramente nuestras intenciones y por eso nos recomendó estar en la casa Galería Señorío de Vélez. Como en la página web había pocas fotos, hecho que me llamó la atención, pedí varios vídeos para mandar al resto del grupo. Pero siempre aparecían las mismas estancias de las fotos de la web, no consiguiendo ampliar más información. El día de la llegada lo primero que nos encontramos es la baja temperatura, está claro que no estaba preparada para nuestra llegada. Sin encender ni un solo radiador tuvimos que hacerlo nosotros. Si nos indicaron que usáramos la estufa de pellet para calentar el salón. Al entrar en la cocina empezó el horror, estaba sucia, descuidada, sin preparar y todo medio tirado en los muebles, olía a sucio y grasa. Al abrir una puerta que daba a un patio había una plataforma metálica muy estrecha y muy peligrosa porque no tenía barandilla y tenía una la caída a distinto nivel de aproximadamente un metro. Los fregaderos estaban sucios con porquería acumulada, el grifo con una costra de roña que daban ganas de vomitar cada vez que pensabas en tocarlo y ya lo peor es cuando tuvimos que empezar a usar el poco menaje que había en la cocina. Tuvimos que lavar todo lo que necesitábamos además de que había menaje que ni se podía usar. Hasta la cafetera, que mira que le pregunté cuál era la que tenía para saber que café llevar, era una italiana y estaba sin el asa, por lo tanto inservible. No había paños de cocina, ni microondas, ni tostador, los platos los encontramos dentro de un mueble en el fondo medio tirados y sin colocar, no