Todo iba bien. En recepción me atendieron con rapidez y sin ningún contratiempo. El personal se mostró amable. Encontré la habitación muy limpia, con el aire acondicionado encendido a una temperatura muy agradable. A la habitación en general le doy un 3. La iluminación es muy tenue y si necesitas trabajar con tu computadora, la luz es insuficiente. Las amenidades en al baño son de buena calidad y la habitación en general se ve vieja, pero muy limpia. El restaurante del hotel es amplio. Me agradó que hay gabinetes para sent**** a comer. Los alimentos muy ricos (sazón casero), y las porciones suficientes. Un poco elevados los precios, pero lo vale. El bufet del desayuno muy rico. Felicidades a la cocinera. El estacionamiento del hotel fue suficiente y hasta aquí, todo iba bien. La primera noche escuché mucho ruido; música y gente cantando y gritando, y empecé a percibir un desagradable olor a humo de cigarrillo que me tuvo inquieto y me impidió dormir placenteramente. No supe de donde venía ese olor. Al día siguiente me enteré que hay un bar dentro del hotel, y decidí entrar en la noche a conocer. Me llevé una gran decepción: en la barra y en todas las mesas hay ceniceros, una clara invitación a fumar. Y así es. ¡Permiten fumar a la gente! Estamos a casi nada de terminar el 2019 y aún se permite fumar en un bar, dentro de un hotel, perteneciente a una cadena muy respetable. ¡Increíble! ¡Aún se permite fumar! Sin importar la salud de los no fumadores, sin importar que el desagradable olor llegue a las habitaciones y me haya impedido dormir bien. Aún se permite fumar. El bar está cerrado completamente y el humo de los cigarrillos, se convierte en una gran nube que hace que se me cierre la garganta y casi no pueda respirar. En 5 minutos en mi ropa y mi cabello, ya estaba impregnado el olor a humo de cigarro y yo entiendo que hay personas a las que no les importan todas las advertencias que existen sobre el consumo de cigarrillos y tampoco todos los factores de riesgo que se incrementan al inhalar el humo del cigarro, pero que una cadena hotelera (IHG) permita que huéspedes no fumadores se expongan a esos riesgos, simplemente no lo entiendo. Lo comenté en la encuesta posterior al check-out. Recibí un correo. Me aclararon que el bar NO ES UN ESPACIO CERRADO (así con mayúsculas), ya que cuenta con inyección y extracción de aire lavado y que por lo tanto, los huéspedes y asistentes al bar que no sean fumadores, deben de aguantar. Triste pero cierto. Mi recomendación en general es la siguiente: Si te molesta el humo del cigarrillo, no vayas al hotel. Así huele siempre. Durante el día es menos perceptible, pero por las noches te impide dormir. ¿Y al bar? Ni pensarlo siquiera.
Muy bueno
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