Usuario invitado
31 de enero de 2023
Una estancia increíble. La casa es de hace 130 años , mantiene su esencia pero tiene todas las comodidades y detalles. la atención es extraordinaria, Nora y Roberto son los anfitriones perfectos, siempre pendientes de que no te falte de nada, con un personal de servicio de lo más atento, dulce y cariñoso , que te hacen sentir como en tu casa. Una comida excelente, siempre preguntan atentos si hay algo q te pueda apetecer más. No se puede uno perder la visita que guía Roberto por el fabuloso jardín y la plantación de café, es interesantísima y sorprendente, las especies de flores y árboles, así como la variedad de aves te dejan con la boca abierta. Gracias, Nora y Roberto, sois un 10. Volveremos con el aguardiente! Mònica Hoppichler y Pedro J. Vargas.