Hoteles cerca del National Park, Quepos

Nuestra experiencia en el Hotel Selina fue un desastre. Llegamos con dos amigos el sábado por la noche y reservamos alojamiento para 3 personas. El servicio fue absolutamente mediocre: pedimos toallas y supuestamente no tenían; el agua de la nevera había inundado el suelo de la habitación; el agua de la ducha estaba fría y para colmo, alguien se tomó la libertad de dejar una papelera delante de nuestra puerta de madrugada. Por la mañana, cuando fuimos a desayunar, la señora de recepción nos advirtió de que el desayuno supondría un cargo extra a pesar de que en nuestra reserva estaba escrito que el desayuno estaba incluido. Después de pagar por la noche en el hotel, nos advirtieron que habría un cargo adicional ya que habíamos intentado hacer una reserva por teléfono el día anterior, antes de nuestra llegada (que no tuvo éxito ya que estábamos atrapados en la carretera debido a las inundaciones). A pesar de que habíamos reservado una suite por 140 dólares, el personal nos dijo que había que pagar la reserva telefónica del día anterior. Por último, como habíamos MENCIONADO quedarnos una segunda noche y cambiamos de opinión en vista de las desastrosas circunstancias, el personal también quiso cobrarnos los gastos de cancelación de la segunda noche. Tuvimos que discutir con el personal y negociar durante más de una hora, en español, antes de que el personal decidiera llamar a sus superiores y finalmente nos dejaran marchar sin los cargos adicionales. Un gesto comercial como un desayuno gratuito habría sido de agradecer. La acogida dista mucho de ser calurosa, se pide a los turistas que paguen cada vez más y los precios no se corresponden en absoluto con los servicios que ofrece el hotel. Es una pena, porque la ubicación es bastante agradable, con bonitas terrazas, varias piscinas y vegetación. Pero, por desgracia, como en muchos complejos turísticos de Costa Rica, lo que cuenta no es la ”vida pura”, sino la ”vida rica”: los lugares son muy caros y el personal es relativamente desagradable con los viajeros. Habiendo vivido en Colombia y México respectivamente, puedo asegurar que ninguno de los dos esperábamos una acogida tan fría y unas condiciones tan deplorables.

Mi esposo y yo pasamos una estancia fantástica en Shana by the beach en Manuel Antonio, ES un hotel muy acogedor en medio de la selva donde puedes ver las aves comoTucanes, Guacamayas, pericos, también monos y perezosos. Gracias a todo su personal que nos atendieron de una manera muy especial y nos hicieron sentir como en casa. Queremos agradecer de una manera muy especial a el personal del restaurante, Daniela,Paola, Elieth,Javier, Mario,Joao Joel y sobretodo el profesionalismo y la amabilidad de Brandon, que nos puso su toque especial en nuestra cena de aniversario de bodas. Recomendamos muy ampliamente el SPA TUVIMOS UN MASAJE MUY RICO Y RELAJANTE. Gracias a todos de corazón ♥️ Si. volveremos a Shana by the beach!! PD gracias también a nuestro chofer Jairo que siempre está al pendiente para transportar a los huéspedes

El hotel está en el centro de la ciudad, y el hotel está en el centro de la ciudad. La comida fue un gran desayuno, almuerzo y cena. La casa era hermosa. ¡Tenemos que ver los horarios, los iguanas y los monos! Los monos estaban justo fuera de nuestro edificio hotelero (reservamos una suite de vista) al salir.

This is a great hotel that is small enough to feel intimate but has most of the amenities of a large resort. Of course, the initial highlight is that the hotel is built into the forest and treats the land as a preserve. On top of that, many of the rooms have gorgeous views, and ours had a view of the ocean over the hills. The staff is amazing. Everyone is super friendly and helpful. Even though they have some routines that make things easy to follow and access, the staff is more than willing to help or adjust if you need it. We drove in, and once there they reserved a parking spot for us near the cart / shuttle service for the entire stay! From the entrance / parking, a shuttle takes you to the main building (rain or shine…we never had to wait in the rain and it was pouring when we arrived). The facilities were outstanding and well-appointed. Don’t get me wrong, there are some features that are aged, but most things are very nice and everything is always super-clean. The pools are really nice. Small, but several levels allow for multiple infinity pool experiences, along with floating chairs if you prefer to hold your drink while floating. There is a “swim up” bar that I think is usually open from 12-5 but don’t quote me on that. The food was pretty good. IMO, stick with traditional dishes. Ceviche and traditional Costa Rican breakfast were our favorites, but everything we tried was pretty good. The drink menu is a little light. They offer enough choices, but there are not any high end liquors, and the wine is good but I do not believe I also any vintages that you might expect from a hotel of this caliber. Finally, the rooms were very very nice. Our son had his own “standard” room and it looked as nice as ours did, even though he did not have as much space. Our room was a suite with a bedroom, full bath with walk in shower, a private patio, and a living space complete with leather sofa (and pull out bed), dining table with chairs, and club style chairs to complete the seating area. All very comfortable. Our room also came with access to a private terrace on the top floor. This space also included seating and tables, umbrella, and curtained Chaises. Great views from there and the private patio! In short, we did not have enough time to enjoy all of the amenities even within our own room, but we were beyond comfortable and the views and vibe were amazing. One more thing: the owner has started a macaw restoration project, so you can see Scarlett macaws on the premise. We also saw many other bird species (this is an eBird hotspot for those who use it), heard monkeys, and enjoyed seeing sloths and iguanas on the premise (but not in or near the room 😊).

An amazing trip again to our beloved hotel and hotel staff. Ignacio met us in the parking area before we parked the car. He graciously greeted us and carried our luggage to our suite. The regular staff was there to make our four hour drive forgotten and we were amongst family. We were there to celebrate our 45th wedding anniversary. Josue, Michael, Juan in a million and Marcela were helpful and gave that Pura Vida vibe. Carlos the gardener prepared a nice flower arrangement made for the existing flora on the property. Our house keepers made special bath towels into loving swans, What a trip. P.S. try the wood fired pizza at night, delicious. Art & Carole