Las instalaciones son muy viejas, en el elevador no había espejo, el forro de las paredes se caía y la madera estaba rayada, parecía entrabas en un motel.
La habitación tenía pedazos de resanado en el techo, las paredes sucias al igual que las cortinas. Y un día voltearon el letrero de limpieza de la habitación para no hacer el aseo.
La habitación tenía una puerta cerrada que conectaba a otra a habitación y todos los días de la estancia, se escuchaba el ruido infernal de la otra habitación, ncluso los huéspedes teniendo intimidad. Horrible.
Lo único rescatable fue el trato del personal en el bar y el restaurante.