Jesús Ramón M
13 de septiembre de 2024
Experiencia inolvidable en Le Duc de Praslin, a pesar de que la meteorología no quiso colaborar para hacerla insuperable. El hotel era una galería de arte al aire libre, con unos jardines muy cuidados, con cada rincón lleno de detalles, donde se respiraba paz y tranquilidad con el sonido de las fuentes y los pájaros. En general, todas las instalaciones eran de máxima calidad y cuidado, pero lo mejor fue el personal de Le Duc, por su trato exquisito y la manera en que nos mimaban. Gracias a su Director-propietario, Sr. Robert Payet, a todo el personal de recepción Hilda, Hillary, Mesita,..., a las simpáticas chicas Stephanie B y Tania del restaurante Cafe des Arts, a los jardineros, a todo el staff de Le Duc, por hacernos inolvidables unas vacaciones pasadas por agua.