Usuario invitado
26 de febrero de 2022
Estuvimos hospedados 3 noche durante nuestra visita a la ciudad de Oporto. La primera impresión fue de un hotel viejo poco cuidado, sin garaje sin disponible, el coche hay que dejarlo en la calle de más abajo a 15 euros el día. La habitación muy muy pequeña, las lámparas de las mesitas de noche sin enchufar, la lámpara central del techo apenas daba luz, la puerta de la habitación no cerraba bien, la ventana de salida al balcón tampoco abría bien porque chocaba con una pletina de la cortina. El baño enano no entraban dos personas era imposible, el mobiliario de los años 50, no habían enchufes para cargar los teléfonos solo uno, los demás estaban en el suelo debajo de la cama y tenías que mover la cama entera o elegir si luz o cargar el teléfono o el reloj. Con estas nos quejamos en recepción si nos podían cambiar de habitación, pero como era lógico no lo hicieron diciendo que estaba completo. Nos arreglaron la puerta y la ventana pero nada más. Un hotel muy ruidoso se escuchaba todo y cuando digo todo es absolutamente todo. Las almohadas no eran ni tan siquiera cojines era un relleno de algodón como mucho. No tenían accesibilidad para personas con movilidad reducida todo con escalones. El ascensor viejo y descuidado. El desayuno normal tirando a malo, por ejemplo el café era agua manchada con café, no tenían ni fruta fresca todo con almíbar. En general un hotel de ciudad muy viejo y descuidado, hemos estado en hostales muchísimos mejores la verdad. No volvería jamás