Usuario invitado
11 de diciembre de 2021
Desde que llegas hasta que te vas se respira paz, tranquilidad, buen gusto.El edificio es maravilloso, la habitación tranquila, relajante, con una cama y unas almohadas de ensueño....Al llegar nos hicieron un upgrade y nos alojaron en una habitación mejor de la que teníamos reservada.Todo un detalle por su parte.El desayuno tiene todo lo que puedas imaginar, te pueden cocinar sobre la marcha, bacon, huevos, Los productos son de primerísima calidad y el salón invita a relaj****.Mención especial para la cubertería, alfarería, utilizada,los colores escogidos para decorar tanto habitaciones cómo espacios comunes,,, es precioso todo. Está todo el hotel diseñado para sentirse bien, relajado, mimado.El personal muy amable y profesional, gracias a Caitlin de Recepción por su exquisita atención.Para repetir sin duda,es un oasis en medio del precioso pueblo de Pollensa .