Usuario invitado
17 de octubre de 2023
Parece mentira que en un hotel de 3 estrellas sucedan estas cosas. No sé por dónde empezar. En primer lugar, destacar la falta de rigor en las normas del hotel. La piscina tiene un horario que nadie respeta, no se pueden reservar las hamacas y a las 8 de la mañana ya están todas llenas de toallas. Esto sería lo menor. El buffet se repone a cuentagotas (y si llega a reponerse), los postres ni se reponen. Los horarios adaptados para los extranjeros, terminando el servicio de cena a las 21. Destacar también el abuso de productos prefabricados y fritos y la poca elaboración de comida saludable. Los jueves y domingo NO hay servicio de limpieza, no esperes que te cambien las toallas. Por último, me sorprendió yendo con la pulserita de todo incluido, la distinción entre un cóctel de pago o uno de pulserita. Es decir, un mojito de pago era servido por todo lo alto y con todo glamour, mientras que el mojito todo incluido era servido en un vaso desechable de plástico (cuidando el medio ambiente), sin hierbabuena, con mojito de botella ya hecho,... Si me pedía un whisky o cualquier tipo de alcohol tenía que ser el que ellos dijeran, de garrafón, nada de marca. Y si prefieres ir a descansar, hasta las 2 am que cierren los pubs irlandeses de enfrente, olvídate, porque la música se mete dentro de la habitación. Lo único salvable, los empleados y servicio que eran muy agradables. Obviamente, salvo que quieras ir de fiesta total y pases de todo... NO recomendaría este hotel a nadie.