Usuario invitado
7 de agosto de 2023
Primero, el mal trato del personaje de la recepción a nuestra llegada. Al momento del check in, nos indicó que nuestra reserva no tenía incluido el desayuno ni acceso a la piscina (lo cual no era cierto). Al pedirle que verificara nuevamente, se negó y fue grosero en su respuesta. Insistimos varias veces hasta que accedió a revisar la reserva, encontrando que ambas cosas estaban incluidas en el valor pagado. El día siguiente, nos cobraron el desayuno en el restaurante, argumentándonos que no estaba incluido. Allí perdimos cerca de 15 minutos mientras se resolvía el malentendido. El segundo día, fuimos víctimas de mal trato por parte de la persona que controla el acceso desde la plaza otto a la terraza del bar a. la hora del almuerzo. Mi esposa tenía una mesa en el bar y estaba esperándonos a mi hijo y a mí que veníamos de esquiar. Esta persona se negó a dejarnos pasar, indicando que no había espacio en el bar y que no había servicio. Le indicamos que éramos huéspedes del hotel y le mostramos las pulseras, pero aún así no nos dejó entrar. Insistía en que no nos iban a atender porque no había mesas. Resulta inaceptable que a un huésped del hotel se le niegue el acceso a las facilidades del mismo. Es, de hecho, una violación de los derechos del consumidor. La experiencia general en el hotel, ha sido nefasta. La habitación tenía un roto en la cortina. El servicio malísimo, solo se rescata Felipe, la persona del ski room. No volveré nunca. Lamentable como decayó el hotel con el tiempo, pero sobre todo, como tratan de mal a los clientes. Para completar, la habitación de nuestros hijos tuvo una filtración una noche y la cama de mi hijo amaneció completamente inundada. Dos días después, mi hijo enfermo. Seguimos esperando una compensación del hotel por esa situación. No lo recomiendo. Mal servicio, personal grosero, nula orientación al cliente, descoordinación total, instalaciones abandonadas, precio excesivamente alto para la calidad del hotel.