Usuario invitado
20 de noviembre de 2022
Estuve 7 noches alojado en el hotel Tonic, en la calle Mariano Stabile, a unos 5 minutos del Teatro Politeama. Se trata de un edificio antiguo, bonito por fuera, en el que para llegar a la recepción hay que subir unos cuantos escalones, al igual que para el ascensor. Éste es pequeño y lento. En general no debe tardar demasiado, a menos que haya algún grupo turístico. Las habitaciones no sé si están todas al mismo nivel de la planta en la que deja el ascensor, pero al menos en el caso de mi habitación una vez que se salía del ascensor había que bajar otros cuantos escalones. La habitación, de tipo executive, tenía una puerta que parecía de casa antigua. La llave no encajaba demasiado bien y había que trastear un poco con ella en la cerradura antes de poder abrir o cerrar la puerta. La habitación tenía un tamaño adecuado, equipada con escritorio con juego para preparar té o café, una banqueta para la maleta, armario con varias perchas, aire acondicionado, TV de pantalla plana con canales en italiano, minibar con alguna bebida. Además había un pequeño balcón que daba a la calle Mariano Stabile. Pese a ello, con la ventana cerrada parecía haber suficiente aislamiento. Para entrar al cuarto de baño había que subir un escalón. De espacio no estaba mal, aunque la ducha sí era más pequeña. Muy buena presión del agua y ésta salía caliente bastante rápido. De productos de aseo ponían un bote que servía lo mismo de gel de cuerpo que de champú. Las toallas eran igualmente bastante buenas. La señal de wifi tenía bastante intensidad en todas las instalaciones comunes y la propia habitación. En cuanto al desayuno, de tipo buffet, se sirve en la planta del sótano. Para una noche podría estar bien, pero estando una semana me resultó muy poco variado y demasiado repetitivo, con no mucha posibilidad de ir variando de día en día. La mitad del buffet es de dulces. Había croissants rellenos de diferentes productos (mermelada, nutella, etc...) o sin nada, tartas con la masa de hojaldre, algún bizcocho y donuts, por ejemplo. Fuera del dulce, pan de molde y bollos pequeños, mermelada y mantequilla, yogur blanco, unos cereales, unas aceitunas, huevos cocidos, una bandeja con queso en lonchas, otra con 2 ó 3 embutidos y otra fuente con bacon y huevos revueltos. Es decir, no es que el buffet no tuviera nada, pero me tenía que cortar un poco echándome comida para al próximo día tener la opción de coger algún alimento diferente. Eso por un lado y por el otro no veía que fuese muy saludable atiborrarse todos los días de dulces. En cuanto al personal de recepción, bien. Me dieron información sobre las preguntas que les planteé y me hicieron las reservas en restaurantes que pedí. El precio sí estuvo muy bien comparado con la mayoría de hoteles de Palermo.