Usuario invitado
16 de abril de 2024
Este hotel tiene todo lo que te hace falta para disfrutar unas hermosas vacaciones en Natal y no preocuparte por nada. Comenzando con la excelente ubicación en la playa de Ponta Negra, cerca de todos los restaurantes y bares, y a solo metros de la arena. La atención del personal es de excelencia, a pesar de no hablar nuestro idioma siempre esforzándose para hacerse entender, siempre con una sonrisa y amabilidad. Se nota que hacen énfasis en el trato con el huésped. La comida del restaurante es de un nivel muy bueno, desde el desayuno hasta la cena, siempre hay variedad. Para la cena algunas noches hacen comidas temáticas, pudimos disfrutar de una noche de Italia, con todo tipo de pastas hechas en el momento, por esto vale la pena la media pensión, se come muy bien. En el desayuno tenes de todo, dulces, salados, tapiocas, crepes, muy abundante casi que no te hace falta almorzar luego. Las habitaciones son muy cómodas y espaciosas, camas super cómodas. Lo que no entiendo mucho es porque tapan los vidrios con una lamina negra, pero no es problema si quieres tener la vista la abrís un poco y listo. Las vistas de las habitaciones son todas para la pileta y la playa. La playa esta ahí nomas cruzando la calle, no cuenta con servicio de playa pero tenes muchos puestos que te ofrecen la sombrilla y reposera si consumís algo. La piscina se disfruta también, el agua tiene una temperatura increíble, y también se puede pedir un trago en el bar de piscina. Todas las tardes hay algún entretenimiento tanto para niños como para adultos. En resumen si bien no tiene una gran estructura de otros all inclusive, este hotel tiene todo en cuanto a servicios, una gastronomía de primer nivel, y el personal es excelente te hacen sentir todo el tiempo acompañado. Hemos disfrutado cada día con mi familia de la estadía. Sin dudas super recomendado y ojala podamos volver algún día.