SirRodri
5 de febrero de 2023
Hemos pasado tres noches en este encantador y acojedor establecimiento y nos hemos enamorado de él y de la pareja que lo regenta. La filosofia con que lo geationan (sostenibilidad, productos locales, respeto absoluto por el medio ambiente ....) ya es cautivadora por sí sola. Pero es que las instalaciones y la casa entera rezuman ese espíritu en todos sus detalles. El trato que dispensan Lidia y Marc es tan personal y cariñoso que ya desde el primer minuto te hacen sentir como en casa. Lidia es la amabilidad atenta hecha persona que irradia alegria y luz con su sonrisa. Marc hace magia en la cocina con todo lo que encuentra cada día en la Cerdanya. Y te lo explica contagiá dote serenidad cuando te lo sirve. Y te das cuenta que es hijo del Pirineo y que lo ama profundamente. El paisaje del entorno, impresionante. Tu habitación (con el suelo radiante calentito) puede regalarte vistas al Pirineo axial o a la sierra del Cadí, aun más fascinante en su proximidad. Y todo envuelto en silencio y paz. En definitiva, lo que os ofrece Cal Calsot pero, sobre todo, Lidia y Marc, vale muchísimo más que lo que cobran. Esta estancia nos la regaló nuestra hija, porque ya ha estado ahí un par del e veces. Pero ahora ya se nos harà imposible pasar una sola noche en la Cerdanya en cualquier otro sitio que no sea aquí. Realmente la hemos hecho "nuestra casa" en la Cerdanya. Una exquisitez a un precio más que razonable. Gràcies, Marc i Lídia !!! PEP