Edoardo
23 de mayo de 2023
Una experiencia increíble.
Mi mujer me reserva, pagando por adelantado, una habitación en este hotel porque está a poca distancia del lugar donde iba a trabajar.
Nada más llegar me solicitan mi tarjeta de crédito sin darme ningún dato, ya que la factura ya estaba pagada.
Me acompañan a la "habitación" en una estructura exterior claramente cuestionable.
La habitación huele mal y apenas es decente.
Dejo las bolsas y me dirijo directamente a cenar. Cuando regresé... ¡la habitación había sido utilizada! Cama deshecha y baño al revés, toallas usadas por todos lados.
Intento hablar con recepción pero no hay ningún número al que nadie conteste después de las 22h.
Un colega me recogió y salió de la habitación, pensando que si quisiera dormir en el sofá de un amigo, lo pensaría yo mismo.
Al día siguiente, mi esposa plantea el problema en la recepción, donde un joven muy cortés le asegura que hablará con el propietario y le pedirá que le devuelva la llamada.
Aún estamos esperando. Evidentemente el propietario no cree necesario contactarnos y mucho menos reembolsarnos...
Para concluir: es inaceptable que en 2023, en el centro de una ciudad como Milán, nos topemos con estructuras que presumen de un servicio que no existe y por la módica suma de 130 euros/noche sin desayuno.
La gente honesta llama a esto robo.
Texto originalTraducción facilitada por Google