Exigentus
11 de febrero de 2022
Excepcional emplazamiento con hermosas vistas del golfo dulce y exuberante entorno. Acceso algo incómodo desde Puerto Jimenez (18 kms) por pista bastante bacheada y polvorienta. Servicio amable y eficaz, siempre pendiente del huésped y tratando de agradar. Guias muy preparados y con estupendos conocimientos del entorno. Actividades propias no muy variadas aunque quizá en línea con lo esperable de la famosa zona de Corcovado (caminatas por la intensa naturaleza de interior y de costa, búsqueda 4 clases de monos, perezosos, y otras especies menos conocidas y muchas aves diversas, salidas nocturnas y explicaciones interesantes sobre la flora y fauna). Quizás debería ofrecerse de manera más activa otras posibilidades como paseos a caballos por las playas, excursiones a granjas de cacao, de palmito, etc. El lodge a semejanza de los top de África, es estupendo, en especial las villas de mayor tamaño (con piscina y grandes terrazas, ducha exterior, tumbonas, etc.). Sus dos mayores inconvenientes son parte de su encanto: a) ruido de los animales, que recordemos están en su territorio y nosotros somos sus invitados, a todas las horas y con todos los tonos, intensidades, cadencias, etc. ,con los monos aulladores como grandes protagonistas. Entre la luz (no oscuridad), calor húmedo y ruidos más que dormir se descansa y b) distancia y escaleras de las villas a la piscina, restaurante y recepción, lo que unido a la humedad hace que ya antes de salir del lodge estemos empapados. Las comidas merecen un comentario destacado por su variedad, calidad de los productos, preparaciones, idea de los platos, presentaciones, servicio, etc. un sobresaliente incluso en comparación con restaurantes con todo tipo de reconocimientos y por supuesto con vistas y sensaciones extraordinarias. Muy buena también la coctelería.