Madeleine1962
12 de octubre de 2021
Un hotel singular, con una decoración sobria y minimalista, pero muy agradable. A destacar el magnífico patio rústico y tradicional que tienen frente a la sala de desayunos, que contrasta con el hotel en si. La piscina debe ser realmente muy agradable en verano. Recomendables las habitaciones con vistas a ella, que son la mayoría. Siempre hubo plaza de parking en el mismo hotel, y diría que estaba lleno. No nos gustó primeramente la idea del desayuno individual, pero huelga decir que está bien pensado y es completo. Realmente es mucho más agradable pernoctar en Llivia, por su ambiente más rural y su tranquilidad, que en Puigcerdá, que tiene un ambiente más urbano.