Usuario invitado
12 de enero de 2023
Nos alojamos un fin de semana en enero en este hotel. El entorno es fantástico, muy bonito y muy cuidado. Se respira muchísima paz y tranquilidad al estar alejado del pueblo. La sensación de despertarte, abrir las ventanas y no escuchar ni un ruido es maravillosa. La habitación estaba bien, el tamaño era correcto. Quisiéramos hacer mención especial al baño, el cual era enorme. En cuanto al desayuno, el buffet era pequeño, pero había de todo, por lo que también quedamos satisfechos. Quizás lo que menos nos gustó fue la visita a la bodega. Los grupos de visita eran muy grandes, nos hubiese gustado hacer la visita en un grupo más reducido. La guía estuvo bien, aunque es cierto que en muchos momentos las explicaciones se nos hicieron un poco extensas. La cata de vino fue bien, pero no nos gustó mucho el hecho de que nos metiesen prisa para abandonar la sala. Suponemos que era porque venía otro grupo detrás, pero nos hubiese gustado tomarnoslo con más calma.