Valoraciones de Hotel Tautermann

Un típico hotel familiar con sensación de antigüedad. Las instalaciones de las habitaciones son un poco antiguas pero limpias y ordenadas.

El hotel fue genial para un corto viaje de turismo. Está ubicado un poco alejado del centro principal de la ciudad. Si vas caminando, es un poco cuesta arriba, pero nada demasiado drástico y se puede acceder en autobús. Realmente apreciamos el desayuno cada mañana y nos prepararon un paquete de desayuno para llevar cuando tuvimos que hacer una salida temprana antes de que normalmente se sirviera el desayuno.

Hotel muy acogedor y tranquilo con servicio amable y buen desayuno. La ubicación era perfecta, cerca del centro de la ciudad pero en una zona tranquila. ¡Volvería otra vez!

No había una sala de flujo de aire en el sótano, sin ventilador ni flujo de aire, no podíamos abrir la ventana porque estaba en la carretera y cualquiera podía entrar. El hotel en sí no era el único punto negativo de la cama: hacía demasiado calor en el interior sin aire ni sistema de ventilación.

Una de las mejores opciones en Insbruck.

El hotel es muy comodo

Habitaciones cómodas y silenciosas. Aspecto de hotel familiar. Personal amable. Comunicación en inglés o alemán. Baño (habitación triple) algo pequeño. Estuvo bien para una noche. Desayuno incluido. A 10 minutos andando del centro de Innsbruck. Disponen de parking.

La habitacion de 4 persinas es bastante espaciosa pero el baño es mas reducido. No tiene ascendor y el desayuno buffet esta bien. La atención es estupenda. El autobus J te deja muy cerca ya que el hotel esta dubiendo una cuesta desde centro

Hotel acogedor y tranquilo, ofrece lo suficiente para pasar un par de días en la ciudad. La limpieza es correcta y las habitaciones tamaño estándar. Aunque no está en el centro histórico está cerca caminando de los lugares turísticos. El personal es muy amable y nos explico lo necesario para desenvolvernos con facilidad.

Acabamos de pasar 2 noches excelentes en el hotel Tautermann de Innsbruck y estamos perplejos por todas las críticas negativas anteriores... Teníamos una habitación grande, espaciosa y luminosa (la número 24), perfectamente equipada, muy tranquila, baño perfecto, potente. y ducha súper agradable, mesita, sillas, vasos para los dientes y también para beber. El desayuno, abundante, abundante y variado, nos gustó mucho. Las habitaciones se limpian cada mañana con mucho cuidado. El hotel está muy bien situado, a 5 minutos andando del centro de la ciudad, y a 25 minutos (siempre a pie, nos desplazamos en tren). Sólo podemos recomendar este establecimiento, donde la acogida fue encantadora. El único inconveniente: la televisión no estaba delante de la cama sino en un rincón. Con las maravillas de Innsbruck para contemplar, esto no fue un gran defecto...

Nos alojamos en una habitación familiar, funcionó bien para dos padres y dos niños. Limpio, cómodo. El personal fue muy amigable y útil. Nos imprimió algunos boletos de tren y nos dio buenos consejos para navegar por el vecindario. Definitivamente me quedaría de nuevo!

Nos alegramos de haber llegado en taxi, el hotel es difícil de encontrar. Está en una calle lateral montañosa en una oscura noche de invierno. Buenas conexiones de autobús con el centro de la ciudad a 300 metros cuesta arriba. Zona interesante. La habitación está amueblada de forma sencilla. Un enchufe para cargar teléfonos/dispositivos. Las paredes están bien aisladas, por lo que estaba tranquilo. 130 euros es OTT para esta habitación: era la tarifa máxima de la temporada de esquí. El hotel estaba lleno. El desayuno era decente, los huevos duros estaban fríos como si salieran directamente de la nevera. La máquina de café era moderna, pero las tazas de café antiguas eran demasiado pequeñas para las porciones. Dada la cantidad de personas, la recepcionista se mostró abrumada y poco servicial. Fue casi grosero dos veces: al llegar y cuando le dije que no había agua caliente en el calentador de agua. No planeamos quedarnos aquí de nuevo porque amamos la ciudad.

El hotel está en una colina al otro lado del Inn, en un barrio alternativo de Innsbruck, una agradable sorpresa. En las inmediaciones encontrará bares de moda y curiosos talleres y tiendas de artesanía. Nuestra habitación estaba cálida, casi sobrecalentada, y aparte del ventilador que retumbaba una vez que encendías la luz del baño y la escasez de enchufes para cargar el teléfono, todo estaba decente, incluido el desayuno. Si solicita "vista a la montaña" como lo hicimos nosotros, descubrimos que necesita girar el cuello para ver más allá de la casa de enfrente, pero está ahí. Sin embargo, me gustaría advertir a los huéspedes potenciales que el hotel no necesariamente responde a los correos electrónicos ni atiende los teléfonos móviles en su sitio web. Nos preocupamos porque nuestro avión había sido desviado y se estaba haciendo tarde. Como hice la reserva meses antes, traté de verificar que todavía hubiera alguien allí hasta tarde en la noche. No pude pasar. Al llegar, no había nadie en la recepción, y una vez que llegó el recepcionista, reprendió a mi esposo por usar el timbre provisto. Nos dijeron que nuestro correo electrónico no fue recibido, no se dio ninguna explicación sobre las llamadas móviles. Es posible que el teléfono fijo funcione, no estoy seguro. Además, vale la pena saber que la entrada del hotel se encuentra en una calle lateral en pendiente. Tuvimos suerte de que no había hielo el día que tuvimos que llevar nuestras maletas hasta la parada de autobús más cercana, más arriba de la colina.

El caballero que nos atendió fue amable. La habitación era básica y nos alegramos de encontrar una habitación con capacidad para una familia de 4 personas (2 adultos y 2 niños adolescentes). Las camas eran firmes (la firmeza es una preferencia personal, pero para mí demasiado firmes para una noche de sueño confortable. La parte más frustrante fue no tener agua caliente para las duchas. Una persona se duchó alrededor de las 9:30 p.m. y la ducha estaba bien. La segunda La ducha fue alrededor de las 11:30 y estaba fría / fría (no helada, pero definitivamente no estaba tibia ni caliente como era de esperar). Las duchas de la mañana también fueron las mismas. Tenga en cuenta que la primera ducha tibia no fue excesivamente larga. Abrí el agua caliente cuando salí por la mañana, alerté a la mujer sobre el problema y ella dijo que lo único que podía ofrecernos era otra habitación para ducharnos. En ese momento, ya nos habíamos duchado (demasiado). inconveniente para tratar de resolver el problema cuando ya estás en la ducha). Me decepcionó que no nos ofrecieran ninguna compensación ya que pagamos bastante por la habitación y no teníamos los servicios básicos como una ducha adecuada.