Usuario invitado
31 de enero de 2023
Lugar tranquilo, en las afueras de Graus, cerca de la carretera, pero desde la habitación no se oía nada. El desayuno, delicioso y abundante. El servicio de restaurante es delicioso, eso sí, hay que reservar con tiempo. Los propietarios trabajan con entrega y pasión para mantener y mejorar el hotel y eso se nota en muchos detalles. Gracias a Rainer y Ángel por el trato, las recomendaciones de excursiones y el servicio ofrecido. Tenemos ganas de volver, quizá en otoño para disfrutar del paisaje de esa época del año