Usuario invitado
24 de agosto de 2021
Tras una búsqueda exhaustiva previa de hoteles en Maldivas para alojarme con mi mujer e hijas de 10 y 6 años unos días, finalmente nos decantamos por el Amari Havodda y he de decir que acertamos si ninguna duda. El largo viaje en varios aviones y barco para llegar al hotel merecen la pena cuando pones el primer pie en el embarcadero de la isla. El recibimiento del personal, la bienvenida y el trato al llegar hacen olvidar inmediatamente el cansancio y las horas de viaje. Al llegar, tienes asignado un “host” y en nuestro caso sólo tengo palabras de agradecimiento y gratitud para Aalaf, quien nos atendió de una forma excepcional, proactiva y discreta, algo muy valorado por nosotros. En ningún momento se mostró insistente ni desagradable y es algo digno de reconocer. Solucionó de forma muy eficiente y rápida los 2 únicos incidentes que tuvimos durante nuestra estancia: Un día que tardaron más de la cuenta en limpiar nuestra habitación y un colgador de ropa que se rompió y fue reemplazado en tiempo récord. La habitación en nuestro caso era un overwater villa sin piscina individual. Pensé que sería más pequeña y nos sorprendió muy gratamente el tamaño y la conservación de la misma teniendo en cuenta el desgaste que supone cualquier cosa tan cerca del mar y sus estragos. El baño es exterior y espectacular, recomiendo mucho vivir esa experiencia porque además brinda una privacidad sorprendente a pesar de ser exterior. Cuando hice la reserva me dijeron en el hotel que sólo podían proporcionarme una cama supletoria y cual fue nuestra sorpresa de que nos habían colocado 2 para cada una de nuestras hijas en lugar de una y las 2 de forma gratuita. Esto es algo que quiero agradecer expresamente porque otro propósito de nuestro viaje era el descanso. Las camas fabulosas por cierto. Lavandería y toallas perfecto también. En cuanto a la comida, me esperaba menos calidad para un todo incluido y nos sorprendió mucho para bien. Mucha variedad, reponen enseguida incluso antes de que se acaben los platos y aquí un especial reconocimiento a Zach, el manager, por una atención increíble con todo lo que uno puede imaginar que pasa en un restaurante de tales dimensiones. Me proporcionó incluso la receta de uno de los muchos postres que ofrecen y tanto él como todo el personal del restaurante, chapó y mi más sincero reconocimiento. La fruta escasea y hay poca variedad pero me explicaron que toda es mayoritariamente importada ya que el suelo en los atolones no es muy fértil. Es lógico. Aún así, no nos importó nada. El único aspecto que comentamos para mejorar es que ofrecieran más y mejores espacios para los niños y me comentó nuestro host Aalaf que ya están trabajando en ello y pronto llegarán las nuevas instalaciones infantiles que están de camino por barco. Aún así y en tal paraíso las actividades acuáticas, casi todas de pago cumplen con su propósito y el personal del Water Sports Center también muy profesional y atentos. Proporcionan gratis material para