Trossos del Priorat

Buena ubicación, limpio, en buen estado, a mejorar las camas y las almohadas.

Una vez más la experiencia en Trossos del Priorat ha sido espectacular. Las instalaciones, el personal, el entorno sumergido en la naturaleza, hacen que la estancia sea una experiencia única. Esta vez, estuvimos en la habitación familiar - quizás tendría en cuenta la cercanía de la habitación a las instalaciones de recogida de las uvas, para evitar ruidos antes de las 9am.

Si te gusta el mundo del vino, este es un hotel imprescindible en tu visita al Priorat! Ubicado a las afueras del pueblo de Gratallops, la entrada te regala unas vistas espectaculares de la ladera donde se ubica tanto el hotel como la propia bodega! Diseño minimalista y moderno de la parte exterior perfectamente integrado con el entorno, y con materiales nada invasores del paisaje! La sala de estar con la chimenea y los grandes ventanales que dan acceso a la terraza mirador son sencillamente espectaculares! La sala/cocina súper bien equipada, con un honesty bar para servirte a tu antojo todo aquello que quieras tanto de productos locales, refrescos y por supuesto vinos de la bodega tanto a copas como en botellas enteras. Zona de terraza con barbacoa para prepararte tus comidas o cenas. Las habitaciones son muy confortables y acogedoras, con materiales cálidos para dar más confort y con una pequeña terraza donde volver a contemplar el increíble paisaje del Priorat! El desayuno muy completo y con posibilidad de pedir platos calientes como huevos, tortillas etc… la verdad que el hotel tiene muchísimo encanto, y la experiencia merece mucho la pena! 100% recomendable y con ganas de repetir en breve, ya que nos ha enamorado!

Reservamos una noche. El hotel es muy bonito y está integrado con el paisaje, la vista de los viñedos es espectacular. El hotel es bonito, pero el falta ese toque especial y está un poco descuidados, los sofas de fuera/puertas armarios de la cocina/faltaría algún detalle más (velas/buenas sillas/sofás exteriores/pequeños detalles que lo hagan acogedor para estar tomando una copa de vino por la noche) La habitación es acogedora. Pero la terraza es enana y no tiene nada de privacidad, ves al huesped que tienes en la otra habitación. Las habitaciones no están insonorizadas y se oye todo. No hay recepción, ni atención fuera de las 15.00, estás ahí colgado hasta el día siguiente. El desayuno muy justo por los 15€ por persona que cobran. A la hora de pagar, muy mal, te cobran mientras está haciendo el desayuno, no hay una recepción para hacerlo. El trato no fue malo, pero poco profesional. Precio elevado para el servicio que ofrecen y el mantenimiento de las instalaciones.

El hotel se encuentra entre viñas rodeado de un paisaje precioso, las habitaciones son pequeñas y las terrazas no tienen ninguna privacidad. El sistema de cocina compartida no es práctico, pues aunque la mayoría hace uso de forma respetuosa, hay quien se explaya y la monopoliza completamente, no permitiendo al resto de usuarios ni si quiera recoger (por cierto hay que fregar y recoger). No hay personal al que dirigirse, atención fría y distante. La página ofrece una cata, que por cierto no se realiza en esta bodega, sino en otra del grupo. Lo de cata es como lo llaman ellos, pues realmente no lo es, no explicaron nada sobre los viñedos ni la bodega, probamos varios vinos sin ninguna explicación, y aunque seleccionamos la opción de castellano, la mayoría de comentarios fueron en otros idiomas. Desde luego no merece la pena ni el tiempo ni el dinero.

Hotel muy bueno. En una zona provilegiada. Posibilidad de hacer cata de vinos en el mismo hotel puesto que tambien es bodega

Experiencia única, habitaciones amplias, vistas inmejorables.

Reservamos una noche. El hotel es muy bonito y se integra perfectamente en el entorno, rodeado de viñedos. La noche anterior estuvimos hospedados en Terra Dominicata, y no sabíamos que ambos hoteles son regentados por la misma familia, lo descubrimos a posterior. La verdad es que el primer hotel nos dejó tan encantados, que este segundo nos dejó un pelín decepcionados en algunos aspectos. El hotel en sí es precioso y el trabajo de interiorismo está muy estudiado. Antes de nuestra llegada nos avisaron por email que no habría personal en la recepción y nos facilitaron instrucciones de cómo encontrar la llave de nuestra habitación, a través de un código que tuvimos que teclear en una especie de cajita-buzon. Hasta aquí bien porque eso le dio un toque de misterio y privacidad, ya que los huéspedes se alojan sin tener contacto con el personal del hotel. La habitación pequeñita pero acogedora. Necesita algún arreglo, la mampara de la ducha tiene alguna fisura y el agua se escapa. La terraza es poco espaciosa y no ofrece privacidad con la contigua. Las habitaciones no están insonorizadas y se oía hablar a los otros huéspedes. A las 8:00 fuimos a desayunar. La cocina estaba abierta pero no había nadie para atendernos. Empezamos a prepararnos el café pero el termo de la leche estaba vacío. El embutido estaba preparado pero tampoco encontramos el pan. Fuimos a recepción para preguntar y justo entonces llegaba una chica con el pan y lo que faltaba. Se puso a preparar el desayuno y nos dijo que nos sentáramos que nos lo traería a la mesa. La cantidad y variedad muy justita. La atención por parte de ella correcta pero distante. Fuimos a por las maletas y no había nadie en recepción. Nos acercamos de nuevo a la cocina y la chica nos comentó que estaba sola y que nos hacía allí el check-out. Fue entonces cuando vimos el portátil, datáfono y facturas en la misma mesa donde preparaba el pan tostado y había el resto de comida. Nos pareció impropio y fuera de lugar. Además con el comedor lleno de otros huéspedes desayunando. En cuanto al parking, es una explanada al lado de la carretera. Precio elevado para el servicio que ofrecen y el mantenimiento de las instalaciones.

Magníficas instalaciones, un concepto de hotel diferente, más íntimo y más libre. Ideal para descansar y descubrir la zona. Habitación cómoda, con vistas al pueblo, decoración q encaja con el entorno. Las salas también son preciosas, la terraza es impresionante. Desayuno bien y personal muy atento y agradable.