Usuario invitado
29 de octubre de 2023
Cuando atraviesas la puerta de este hotel, te das cuenta que la experiencia va a ser única. Lo primero, es la calurosa acogida del personal de recepción, que hacen lo imposible para que te sientas como en casa, y resolver cualquier duda sobre la ciudad y el entorno que pueda surgir. Mientras tanto, la alegre y cuidada decoración, te va envolviendo, creando una sensación de oasis en medio de la ciudad. Las habitaciones son muy acogedoras, alegres y muy luminosas. Destacar los productos de rituals, que son una delicia añadida. Mención aparte merece el desayuno, variado, sano, recién hecho, ¡lo difícil es decidir qué tomar porque todo, imposible! Muy de agradecer el servicio de café y té permanente. ¡Hemos hecho buen uso de él! Lo malo, despedirse y volver a la realidad...pero recordaremos con una sonrisa la visita a esta ciudad tan mágica y especial, y sin duda a este hotel, que la ha hecho todavía más especial. ¡Enhorabuena equipo! Se nota que detrás hay mucho cariño y preocupación por los detalles.