Hotel Orquidea

Aunque antiguo muy céntrico. Muy cómodo. Un desayuno muy bueno. Y la ubicacion genial. Cercano a todo. Parking en la misma calle y en la avenida de al lado también ambos muy baratos 4 euros el día. El hotel limpio y comodo

Está ubicado al lado de la rua 5 de Octubre, a unos 200m del paseo marítimo. El edificio tiene seis plantas y una terraza visitable. El personal de recepción es amable y eficiente. Tiene un solo ascensor lo que no es suficiente. Los pasillos están bien iluminados y las habitación bien identificadas. La habitación para uso individual tiene unos 15m2 con una distribución cómoda, pese a su tamaño. La cama de 1,35m y las almohadas no eran cómodas. Pero, al colchón se le notaban los años, los muelles y la funda protectora. La insonorización no era buena, se oía el ruido interior. La iluminación era casi correcta y se podía dejar a oscuras. El mobiliario estaba en buen estado, aunque era básico. La TV era de unas 28" y tenía numerosos canales en portugués, otros idionas, incluido el español. Había un equipo individual de aire acondicionado que se podía regular. No ví calefacción. El baño era lo menos cómodo, no solo por sus dimensiones escasas. Su iluminación era casi correcta. La grifería funcionaba correctamente, menos la de la ducha, que perdía agua por el flexo y la junta, en consecuencia apenas salía agua por la alcachofa y tardabas mucho en ducharte. Las toallas eran correctas. El espejo estaba buena parte oxidado. El desayuno era casi correcto para esta categoría, pero tenía poca variedad. La wifi funcionaba bien y se podían conectar varios dispositivos. En resumen, un hotel céntrico de esta categoría, aunque no lo recomendaría,

Esta bien situado para caminar por la ciudad , pero apartado del bullicio, el desayuno es muy bueno. La cama còmoda. Relaciòn calidad precio muy bien.

Estuvimos alojados 7 noches en este hotel en régimen de alojamiento y desayuno. La limpieza de la habitación era buena, y la situación del hotel también. El buffet del desayuno lamentable, estuvieron 3 días seguidos poniendo la misma macedonia de frutas (malísima por cierto). Poca variedad, de productos (bizcocho, tostadas, choco crispies o huevos revueltos que no tenían muy buen aspecto); además, el personal de limpieza muy ruidoso, a las 7:30-8 am te despertaban arrastrando y golpeando muebles y puertas o hablando en tono muy alto en el pasillo delante de las puertas de las habitaciones, día tras día.

Hotel con magnífica ubicación y muy tranquilo aún estando en el centro de Funchal. Las habitaciones cómodas y muy limpias. El servicio inmejorable, olvidé mi cámara fotográfica en un restaurante y al día siguiente volvía a Madrid, por lo que no pude ir a recogerla, El personal de servicio del hotel se encargó de ir a por la cámara al restaurante y después me la enviaron por mensajería a mi domicilio. Quiero hacer una mención especial a la recepcionista Maribel Ascenção que realizó la gestión y me mantuvo en todo momento informado del envío de la cámara. Volveré seguro. Gracias