Recientemente me alojé en Living Hotel por un total de cinco noches y quería compartir mi experiencia. En general, mi estancia tuvo sus altibajos.
Una cosa que me llamó la atención fue el proceso de auto check-in. Si bien fue conveniente, no sentí la cálida bienvenida ni el toque personal que normalmente asocio con los hoteles. Parece ser una tendencia creciente en Alemania, pero personalmente prefiero una experiencia de check-in más personalizada.
Como nota positiva, aprecié su política de permitir a los huéspedes rellenar sus botellas de agua de forma gratuita. Es un gesto reflexivo y ecológico. Sin embargo, el primer día de mi estadía, noté que mi botella de agua vacía quedó sobre la mesa después del servicio de limpieza. Al día siguiente encontré tazas sucias y una cafetera. Esta inconsistencia en la rutina de limpieza y recarga fue una decepción y afectó mi impresión general.
Lo positivo es que la ubicación del hotel era excelente. Estaba situado en una zona tranquila y había un supermercado convenientemente ubicado cerca. Esto facilitó la compra de cualquier necesidad o refrigerio durante mi estadía.
Desafortunadamente, un aspecto que afectó significativamente mi calidad de sueño fueron los constantes clics en la pared. Estaba presente durante todo el día y la noche y, a veces, el ruido era tan fuerte que me despertaba durante la noche. No estoy seguro del origen de estos sonidos, pero fue bastante molesto.
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