Usuario invitado
15 de noviembre de 2021
Desde el primer momento en el que pones el pie en el hotel sabes que nunca vas a olvidarlo y que ese viaje a Frankfurt va a ser especial. Intento explicarlo en varios puntos, aunque siempre me quedaré corto: • Te olvidas del COVID-19. En el avión íbamos un poco asustados por el COVID… pero en cuanto dejamos la maleta en la habitación, la verdad es que nunca más volvió a ser una preocupación para nosotros. • Iniciativas colaborativas. Hace un tiempo estuve en un hotel donde te dejaban un libro y, fomentando la colaboración desinteresada, te pedían que a cambio dejaras algo para los próximos clientes. Aquí hacen igual, y encima del radiador nos dejaron un par de calcetines deportivos. Lástima que fueran de mujer y éramos todo hombres, pero en cualquier caso se agradece el detalle adicional de dejarlos ahí para que estuvieran calentitos. • Ambiente exclusivo. Al estar rodeado de clubs de alterne, tiendas de ropa erótica y ***********, puedes llegar a pensar que te vas a encontrar lo mismo en el hotel, pero no es así. Puede que te cruces con alguna prostituta en el pasillo de recepción o que escuches una peleilla de enamorados, pero, al menos en nuestro caso, toda la gente a la que vimos drog**** fue en la acera y nunca dentro del hotel. En el ascensor tampoco encontramos a ningún mendigo durmiendo. • Propuesta de entretenimiento. Apostando por el live-action, desde la habitación tienes representaciones de acción, terror, drama social, esperpento e incluso algo de pornografía con simplemente abrir las cortinas. Yo creo que es la primera vez que no he puesto la televisión ni un segundo. No sabría decir ni si había mando a distancia ni si en la programación que no vimos había algo de crimen, pero es muy probable que sí. • Cuidados dermatológicos. Apuestan por tratamientos de crioterapia en sus baños no calefactados. El frío intenso de esa estancia ayuda a luchar contra el envejecimiento e incluso a destruir el tejido enfermo. Todos los de la habitación, incluyendo a una pequeña cucaracha que nos acompaño en el baño, salimos con una piel envidiable. • Además, en Frankfurt se fuma en los bares, y hay que tenerlo en cuenta! Me recordaba mucho a cuando en España se podía, y al llegar a casa tenía que lavar la ropa para quitar el olor a tabaco. Aquí no hizo falta. Para evitar la complicación logística de lavar la ropa en mitad de un viaje, el aroma al mejor tabaco ***** de los 80 te acompaña en sus suites dotando la estancia de un toque vintage inesperado. En resumen, gracias City Hotel-West. Reforzar la importancia de querer seguir viviendo es un gran primer paso y una gran conclusión para un viaje de un fin de semana. Sé que no soy el único que al volver a casa el domingo abrazó a su familia como no lo hacía desde hace mucho tiempo.