Usuario invitado
23 de mayo de 2022
Hemos disfrutado de dos noches en este maravilloso y apacible antiguo convento, en el corazón de un 'Pueblo Bonito' de España: Fornalutx. Este, a su vez, en el corazón de la Sierra de Tramontana, al norte de Mallorca. El hotel ofrece habitaciones muy amplias y relajantes, decoradas con la sencillez del buen gusto. Tuvimos la suerte de tener una de las habitaciones con increíbles vistas a la montaña. El patio interior con su pequeña piscina ha sido ideal para acabar el día relajados en el agua, tomando una copa y admirando el paisaje imponente de las montañas. Desayuno completo, bueno y abundante. La atención de la dueña, Sofie, exquisita. Y la de Bea (recepcionista) de gran amabilidad y profesionalidad. El pueblo es precioso y una 'base de operaciones' ideal para hacer senderismo y bicicleta de carretera o de montaña. En menos de 1,5 horas te plantas caminando en el puerto de Soller y sus playas. Gastronomía local declicios (Porcella, frit mallorquí, frit de marisq, sopa mallorquina, y de postre... Cardenal!).