Usuario invitado
8 de agosto de 2024
Todo lo relacionado con este hotel, su propietario, Carmine, y su personal (Sylvana entre ellos) no es de 10, es de 100 !!!!. Amabilidad, disposición, preocupación, atención, todo lo que se te ocurra. Carmine, estuvo en todo momento pendiente de nosotros, preguntando nuestras preferencias para tratar de atender cualquier petición que pudiéramos tener. Nos envió información sobre dónde comer, horarios y precios de los sitios principales que visitar, hasta nos preguntó de vuelta a casa cómo iba todo. Un señor alegre de amplia sonrisa que se desvive por el cliente y está pendiente 24/7. El hotel pese a estar junto al mercado central en cuyo perímetro montan a diario tenderetes para turistas, no se oía ni una mosca. La entrada (sin ascensor pero con escaleras cómodas) es una antigua casa florentina, pero al llegar al descansillo donde se encuentra el B&B se abre un mundo nuevo, moderno, con habitaciones amplias, techos altísimos, limpísimo y cómodo. Desayuno variado y abundante (pastelería surtida, tipos de panes, huevos cocidos, embutidos, galletas, cereales, chocolate, café, té, leche de varios tipos, zumos, etc... Limpieza exquisita y detalles gratuitos que enamoran en cada habitación (caramelos, chocolate, vino, café, zapatillas....). Colchones que invitan a quedarse durmiendo y mil almohadas por todas partes. Nosotros pasamos una primera noche en una habitación triple y el resto de la estancia en la habitación familiar con una escalera que hizo las delicias de mi hijo al "subir a su habitación". NO DUDES ni un momento alojarte aquí, no sólo por la amabilidad y el trato de Carmine y su personal, sino porque además, está súper céntrico a pocos minutos de todo: estación, Basílica de Santa María Novella, Duomo, Basilica di San Lorenzo, Mercato.... Una perfecta elección en la encantadora y preciosa Florencia.