Riad Laaroussa

Todo es excelente en este lugar . La habitación y comodidad de ella es inmejorable , muy amplia , elegantemente decorada , el desayuno delicioso , todo el riad es precioso. Lo mejor de todo es el personal , me ayudaron en todo , me prestaron una computadora para trabajar , olvidé una cosa y me la hicieron llegar a Marrakesh donde me encontraba , muy atentos . Mi mejor estancia en Marruecos . Lo recomiendo ampliamente .

El Riad es precioso y las 3 habitaciones que conozco, una maravilla. Las habitaciones son amplias y confortables. La decoración está muy cuidada. Pero si hay algo que quiero destacar es el personal que trabaja en el Riad, 10 sobre 10. Muy atentos, resolutivos y simpáticos, un placer! Contratamos los servicios del conductor Omar para visitar otros lugares fuera de Fez y sólo puedo decir cosas buenas de la experiencia, es genial hacer turismo con él. Muchas gracias por hacer de este viaje una gran experiencia.

Espectacular. Llegamos y nos ofrecieron por el mismo precio una habitación superior, y te con pastas de bienvenida. No le falta de nada. Personal muy agradable, servicial y atento. El desayuno en la terraza riquísimo, con unas vistas inmejorables. Contratamos el servicio transfer por 15 euros, desde la estación de tren,y mereció la pena. Sin duda repetiremos y lo recomendamos 100%.

Estuvimos dos noches en el riad Laaroussa y la experiencia no pudo ser mejor. El edificio es precioso, con una arquitectura que casi parece sacada de un cuento, y está bien cuidado y decorado. Las habitaciones claramente están al altura de este marco: son preciosas, cómodas y espaciosas, e incluyen babuchas y albornoces. La piscina se agradece y está en un entorno inmejorable. Todo ello se suma a un personal muy amable y siempre dispuesto a ayudar y a hacerte sentir como si estuvieras en tu casa. Por lo que respecta al desayuno, es fantástico (¡y abundante!), y sirven además ricas comidas y cenas con platos marroquíes e internacionales a unos precios razonables. Es difícil imagin**** un mejor alojamiento en Fez. Se sube algo de precio, pero está claro que lo vale. ¡Muy recomendable!

Riad perfecto para relaj**** en cualquiera de sus ambientes, el patio de recibimiento es hermoso y podría pasar horas mirando cada detalle, la piscina es muy amplia y sirve para relaj**** de un día de mucha caminata. La vista desde la terraza es hermosa y tiene varios sillones para descansar y ver el atardecer. Las habitaciones tienen mucha comodidad y sobre todo una limpieza impecable, tienen a disposicion batas y pantuflas de cortesía. Desayuno muy completo. El personal siempre muy atento y simpático.

El lugar es una sorpresa, la puerta oculta un interior maravillosamente restaurado. Su patio central, piscina, terraza superior y espacios de estar son en extremo confortables. El staff es muy amable, responde a todos los requerimientos con prontitud y una sonrisa. El desayuno abundante y muy bueno. Las habitaciones y baños muy completos, limpios y bien arreglados. Buenísimas camas, almohadas, sábana de primer nivel. Dos prevenciones, al estar situado en la Medina vieja lo habitual es perderse en sus callejuelas, por lo que requerimos guía (que proporciona el Riad) para movernos. Eso también hace que no hayan taxis cercanos y que se deba ir a una de las puertas a buscar transporte para ir a otros lugares de Fez. Otro tema es la cantidad de escaleras internas y su altura lo que debe tenerse presente si hay problemas de movilidad. Especial recuerdo para Fátima y Malek, el siempre bien dispuesto Mohamed y todos aquellos cuyos nombres se me dificulta escribir.

Tal como han señalado otros viajeros, Riad Laaroussa es perfecto. No podría reprochar ningún aspecto. Sus habitaciones son espectaculares. La comida es la mejor que probamos en Fez. Y lo mejor de todo, la atención de Fred y su equipo es fantástica. Felicitaciones!

Generalmente no uso esta palabra, pero voy a decir que Riad Laaroussa es PERFECTO. Un sueño en un verdadero palacio marroquí con una decoración y un gusto exquisitos, pero con la originalidad y aire acogedor que los separan y lo ponen muy por sobre el concepto de "Hotel". En medio de la medina de Fez, una puerta casi secreta te lleva a este palacio restaurado de pocas habitaciones y techos tan altos que parece que no acaban nunca. El silencio de su patio interior te regala la tranquilidad perfecta en contraste con la intensidad de una medina maravillosa y una ciudad de gente amable y con tradiciones que aún no han sido completamente invadidas por el turismo. El Riad a parte de ser una joya de diseño y de tener espacio infinito para los huéspedes, es limpio, cómodo y atendido por un personal espectacular que te hace sentirte como si el lugar fuera verdaderamente tuyo. Mención especial para Malek, que hizo la experiencia aún más maravillosa. La comida -en especial los desayunos-, se sirven en una terraza en el techo con una vista de Fez que no creo puedas encontrar en ningún otro restorán de la zona. La piscina es tan deliciosa que corres el peligro de no querer salir a perderte en las calles infinitas de la ciudad, igual que la gigantesca habitación, que por primera vez en mi vida me hizo sentir como un príncipe. Volvería una y mil veces a este lugar que los amables y súper interesantes Fred y Cathy han armado -se nota- con tanto amor.