Usuario invitado
27 de mayo de 2022
Fue una estancia perfecta desde el primer momento. Simo, el dueño, nos estaba esperando para llevarnos al alojamiento. Está situado en el centro de la medina al final de un callejón que, en una primera impresión, piensas « madre mía donde me he metido » pero cuando abre la puerta entras en un alojamiento muy agradable, decorado por los dueños, con pocas habitaciones repartidas en tres pisos y con una terraza en la azotea muy coqueta. Simo no puede ser más amable. Te informa al detalle de las cosas interesantes del pueblo (tiendas, restaurantes, etc.). Se preocupa que compres lo que necesitas en tiendas locales , fuera de lo turístico. Pero, además, es un excelente cocinero que te prepara una cena que no le coge envidia a ningún restaurante. Nuestro tajin de pescado fue excelente con un vino local estupendo. Para personas especiales que le gustan cosas distintas