Damián M
15 de enero de 2024
Encontré este hotelito en mi último viaje a Valencia y ya es la segunda vez que me alojo en él. Viajo por trabajo y he estado en todo tipo de hoteles, grandes, pequeños, en el centro, en las afueras, en polígonos... y en algunas ciudades si eres afortunado, encuentras un hotel a tu medida, donde te sientes cómodo, acompañado y bien atendido. Es imposible sentirse como en casa, pero se agradece que casi lo consigan. Este hotelito está en El Saler, a las afueras de Valencia, en la Albufera y cuando acabas de trabajar es lo más parecido a volver a casa. Rodeado de restaurantes donde comer y tapear para todos los gustos y bolsillos, una farmacia, una panadería con dulces artesanos muy buenos y vistas sobre un pinar que relaja y refresca y unos buenos desayunos. Pero lo mejor son las dos personas que lo regentan, Roxana y Lucía. Pura amabilidad y simpatía. Les gusta su trabajo, lo disfrutan y se encargan de transmitirlo, cosa que se agradece cuando estás lejos de casa. Te sientes cuidado y muy bien atendido. Muchas gracias a ambas y hasta la próxima.