Usuario invitado
20 de febrero de 2023
Pequeño hotel boutique con un jardín muy agradable y una gran zona de piscina con tumbonas. Está a unos 5 kilómetros de Denia, por lo que se hace muy recomendable disponer de coche para moverse (cuenta con aparcamiento descubierto gratuito). La habitación especial con vistas al mar nos pareció muy pequeña con el mobiliario obsoleto y la cama no especialmente cómoda. El baño, con bañera, también muy pequeño. Poca iluminación y la puerta no cerraba bien, muy deteriorada. Sin lugar a dudas, lo mejor es la terraza: con dos sillas, una mesita y dos tumbonas. Eso sí, el mar, al menos desde la primera planta, no se ve porque está tapado por los árboles. Muy bien la calefacción, pero muy mala la insonorización: la carretera no se escuchaba, pero sí a los otros huéspedes y las cañerías. El desayuno es sencillo, pero completo. Mucha fruta, fiambre, cereales, bollería y algunos platos calientes (huevos fritos, tortilla...). Muy recomendable desayunar en la piscina.