Tu alojamiento en Castro Laboreiro

POSITIVO La amabilidad en todo momento de las recepcionistas a cualquier propuesta o solicitud que haces. El masaje relajante fue genial de todo el cuerpo y al final te ofrecen un té y una zona de relax. El SPA no tiene muchas pretensiones, pero para pasar un ratillo no está mal. Le faltan chorros y zonas movimiento de agua. El colchón es muy confortable y las sábanas muy suaves. Es como dormir entre las nubes. El coulant del restaurante es auténtico coulant recién hecho en el horno, no precocinado. Los helados están muy ricos. A MEJORAR El parking a cielo abierto en un lugar sin problemas de aparcamiento y sin seguridad ninguna 7,5€ es un abuso. Las habitaciones son viejillas y les haría falta una remodelación. Las puertas de los armarios están sucias de huellas y grasa en los agarraderos de toda la gente que las usa y no se limpian. La cortina estaba desprendida de su rail y la tubo que arreglar mi marido por no verla. El primer día no teníamos toallas en la habitación, las solicitamos y nos dieron solo 2 toallas de baño. En el SPA estaría bien que limitaran el horario de entrada infantil (como hacen en otros centros), ya que vas a relajante y había unos niños gritando de continuo y jugando con una pelota que acababa cada poco en la cabeza de alguien. En el restaurante debería haber alguien por turno que hablara español, están en la misma frontera y somos muchos españoles los que estábamos allí y era imposible enter**** de nada. En una cena estaba el metre y todo fue mucho más fácil y fluido. Tienen carne de muy buena calidad, pero deberían preguntar el punto tanto de la carne cómo de la hamburguesa porque la sirven muy seca y es una pena. No tienen agua de cortesía ni te ni café que es algo que hoy en día es España está casi generalizado y más en hoteles de 4 estrellas.