Usuario invitado
23 de febrero de 2023
Ubicado en una zona bastante tranquila con respecto a otras zonas de la ciudad y con buenas conexiones de autobuses. Muy cerca también del famoso Hyde Park. El hotel es una antigua casa victoriana transformada en alojamiento. Como punto a tener en cuenta es que no tiene ascensor, aunque a nosotros no nos suponía nada al encontrarnos alojados en la primera planta. Nuestra habitación era pequeñita pero con todo lo necesario para pasar la estancia, ya que pasábamos todo el día fuera. Por la ventana del balcón se colaba un poco de frío pero lo contrarrestabamos con el radiador que calentaba mucho. En cuanto a limpieza, pasaban todos los días la aspiradora por los suelos enmoquetados, cambiaban las toallas y reponían los amenities. Eso sí, las cortinas y ventanas necesitaban una pasada, ya que encontramos algunas telarañas y manchas. El desayuno era una bolsa que daban en recepción para llevar o para comer en la habitación. Constaba de un croisant, un paquetito de nocilla y otro de mermelada de arándanos para untar, galletas de cereales, un zumo, un yogurt, una mandarina, un plátano y una manzana. Todos los días era lo mismo, no estaba mal para empezarlo. Con respecto a la recepción, el personal era muy amable pero el fallo es que no hablesen absolutamente nada de español. Ya que por norma general en España los recepcionistas hablan varios idiomas. En definitiva, sabiendo como son normalmente otros alojamientos en Londres, este estaba pasable en relación calidad-precio.