Usuario invitado
2 de enero de 2024
Hotel y experiencia lamentables. Habitación muy obsoleta, dejada, oscura y con falta total de mantenimiento. Primeramente, la luz exterior no funcionaba. Quisimos ducharnos al llegar y no pudimos porque los tubos estaban obstruidos de la suciedad y no salía agua. El dueño vino a revisarlo y pisó la alfombrilla de ducha con los zapatos ensuciándola. El ventilador no funcionaba, las luces de toda la habitación parpadeaban sin parar y la cortina estaba rota, con lo cual no se podía abrir ni cerrar porque se desmontaba. Avisamos de todos los desperfectos y únicamente arreglaron la luz exterior y la ducha, aunque no había agua caliente en toda la estancia. Los dueños muy desagradables, se hacían los disimulados cada vez que nos veían para no dar la cara. No levantéis las sábanas porque el colchón está plagado de manchas. En el salón del desayuno, había excrementos de perro y sorprendentemente, al final de nuestra estancia aún seguían allí. Es un sitio con mucho potencial pero muy mal llevado, con dejadez y falta total de renovación. Para colmo, la última noche nos encontramos a una mujer desnuda tirada en el suelo de la cabaña y el dueño se limitó a echarle agua fría por encima y a reírse de ella sin saber lo que le había pasado. Después de todo lo ocurrido, encima nos querían cobrar 2$ extras por un malentendido con unos jugos. Lo único bueno sería la ubicación y sobretodo la amabilidad y simpatía del camarero del turno de tarde. Lugar para nada recomendable.