Usuario invitado
29 de septiembre de 2023
Escogí este hotel después de leer las opiniones tan buenas que daban de él y después de ver la fotos que me cautivaron. Y desde luego no me ha defraudado en absoluto. Un hotel con encanto en un jardín con encanto y con una dueña con encanto. Cristina es una xana que hay que añadir a los personajes mitológicos asturianos del paseo marítimo de Ribadesella. Es muy atenta, muy dulce, y siempre busca contentar al cliente. Da a conocer las especialidades de la región via su desayuno completo, bien presentado y muy rico (todo casero hasta el pan), en particular un queso de 3 leches buenísimo y cremoso. El hotel es muy tranquilo, no se oye ningún ruido, ahí encontrarás la paz y la paz interior. La habitación que tenía daba al hórreo... ¡un lujo! La cama muy buena. El cuarto de baño muy bien también. ¿Y lo malo? Pues no sé... no se me ocurre nada... o una cosa tan insignificante ...quizás el armario que no tiene puertas pero esto es una opinión muy personal pues muchos hoteles los tienen así ahora. ¡No te lo pienses dos veces, reserva en Amaicha!