Balneario Caldas de Luna(Balneario Caldas de Luna)

Maravillosa Semana Santa Nevada. Un lugar totalmente recomendable para desconectar. Comida casera muy rica y abundante en los menus y el desayuno.Manuela y Maria nos han atendido en el comedor con una amabilidad y buen hacer que ya quisieran un muchos otros sitios copiar. Comida casera muy rica y variada.El agua que te ponen en las comidas es termal tratada. En la Recepción Judith y Giselle se ocuparon de hacernos la estancia muy cómoda, teniendo en cuenta que nos cambiamos de habitación el último día porque nos apeteció alargar la estancia,solo hubo facilidades. Pedimos albornoces más grandes y no pararon hasta que dieron con el que más cómoda estaba.Habitaciones limpias,camas grandes y muy comodas. Especial mención a Katia que con sus artisticas manos que son un tesoro mágico, cada día de estancia me hizo un tratamiento que sin duda repetiré. Es una gran profesional y tiene una gran sensibilidad para.saber que es lo que necesita tu cuerpo por cada zona que pasa. No he hecho mención a las aguas pero es lo más. Tiene unas propiedades buenísimas y el agua de todo el hotel viene del manantial pero está tratada para poder utilizarla. Si se quiere agua pura termal,tienes en frente del balneario el manantial. Volveremos.Maite y Miguel de Oviedo

La característica fundamental de este Balneario-hotel es su pequeño tamaña lo cual le hace adquirir un carácter como familiar que fue lo que más nos gustó. en este aspecto juega un papel fundamental la gestora, Judith. Lo más destacable es la amabilidad del personal, tanto del Balneario (Katia y Giselle) como del comedor (Manuela y María). También el circuito termal es muy interesante por las propiedades del las agua. Lo organizan todo para que en cada turno haya un máximo de 10 personas, con lo cual aprovechas tu tiempo al máximo, no estando ni un solo minuto sin hacer una actividad u otra. Todos los puntos de interés en la piscina termal funcionaban de maravilla. A todo ello hay que añadir el hecho de estar ubicado en el valle de Luna un espacio natural, rodeado de montañas, aunque con el pequeño inconveniente de estar pegado al la autovías Ap-66 que une León con Oviedo. De hecho los valle de Luna y Omaña fueron declarados Reserva de la Biosfera en 2015. En cuanto a las habitaciones son pequeñas, con una cama amplia, el resta del mobiliario con necesidad de renovar, debido a que el cabezal y las mesitas de noche son muy anticuados. Los armarios, creo que fueron renovados recientemente, para convertirlos en una especie de mueble empotrado, algo incómoda la parte de las perchas para colgar la ropa. Dispone de TV que no se veía bien pues el color estaba muy mal regulado y no disponía de servicio HD con lo cual la calidad estaba muy mermada. Nuestra habitación daba al río Luna y tenía una pequeña terraza, aunque en muy mal estado. También la carpintería exterior fue renovada no hace muchos años pues tiene unas puertas de aluminio con sistema Climalit (de doble acristalamiento) El baño al completo necesita una reforma inmediata, ya que, aunque cumplió con su función durante nuestra estancia de 9 días, es muy conveniente una renovación de sanitarios, azulejos, grifería y pavimento. La mampara de la ducha también me pareció no demasiado antigua y cumplía bien su función pues apenas se salía el agua al duch****. El pavimento de la habitación es de parquet y muy antiguo con lo cual hacía bastante ruido al pisar, sobre todo por la noche. Dispone de aparcamiento para los cliente justo enfrente. Los albornoces los facilita el Balneario y nos los cambiaron a mitad del ciclo. Las sábanas y las toallas de lavabo las cambiaron 1 vez, las de baño creo que no las cambiaron en los 9 días. La limpieza en el hotel correcta y se hacía a diario. En la habitación se limpiaba lo justo: los lavabos y muy poco más. es verdad que hacían la cama a diario.

este viernes mi amiga y yo teníamos una reserva en el Balneario Caldas de Luna para realizar el circuito y disfrutar de un masaje cada una. habíamos elegido este balneario por el buen trato y por la buena experiencia de la última vez, hecho que no se repetiría en esta ocasión. en el viaje de ida mi amiga y yo tuvimos un accidente en carretera y lo primero que hicimos fue llamar al balneario para pedirles ayuda y que conocieran nuestra situación. la primera vez que contactamos con el balneario, me colgaron nada más que me oyeron llorar por lo que había pasado. durante la segunda llamada (que también se produjo de nuestra parte, no del balneario) le volvimos a explicar la situación a la recepcionista que lo único que hizo fue decirnos que nos iba a cobrar la cantidad acordada de la reserva (120€ en total) porque su política de cancelación (que, por supuesto, no incluía accidentes a pesar de que el centro se encuentra en plena montaña) no admitía ni cambios ni devolución del dinero. por ello, nada más que colgué el teléfono, recibí, mientras esperaba la llegada de la grúa, una notificación del banco que me avisaba del cobro del balneario. entiendo que, si hubiera habido heridos o incluso fallecidos, también me habrían cobrado la cantidad, ¿verdad? en la tercera llamada, que también se produjo de nuestra parte, la recepcionista volvió a recordarme con mucha falta de tacto la política de cancelación del balneario (argumentando que estas cosas "pueden pasar", comparando el accidente con un posible catarro, que también puede ser un imprevisto, claro está). durante el transcurso de esta llamada, tampoco hubo preocupación por su parte (no nos preguntó en ningún momento cuál era nuestro estado de salud, si nuestro coche o nosotras habíamos sufrido daños, etc.) y tuve que ser yo la que le preguntara si, a pesar del accidente, podríamos disfrutar del circuito o del masaje cuando la grúa viniera a asistirnos. cuando por fin llegamos, el trato de la recepcionista no volvió a ser el adecuado, ya que discutía con nosotras sobre la política de cancelación de su empresa y ponía en duda todo lo que había pasado durante el transcurso de estas llamadas. por supuesto, tampoco se produjo la pregunta acerca de nuestro estado o del estado del coche. la única pena que me da es que no vamos a volver a probar las aguas termales, que es lo único que merece la pena de ese lugar, porque lo que es el trato deja mucho que desear.

Hemos venido con el Imserso y ha sido un total acierto. El trato de todo el personal es fantástico, desde quienes se encargan de la comida (variada, bien cocinada y abundante), hasta las que atienden en el comedor y el bar, pasando por las que nos orientan en los baños y demás tratamientos. Buena organización, magnífica ubicación con un entorno natural de ensueño. Totalmente aconsejable hacer esta experiencia en este acogedor balneario. Repetiremos sin falta. Muchas gracias a todo el personal.

He venido con el programa de imserso y lo recomiendo por la amabilidad de todo el equipo profesional, destacando a katia en la zona de aguas, Manuela en el restaurante, y Fran en el bar. Los menús diarios elaborados por Constantino son variados, la comida casera y de calidad. Está en una zona aislada en la que hemos disfrutado de senderos y excursiones a leon y Oviedo. Es un balneario con capacidad para 40 clientes, muy familiar. La zona de aguas no es grande pero la gestionan de forma que optimizan las instalaciones en grupos de máximo 10 personas. Todas las noches se organizan actividades nocturnas para los amantes del baile, bingo….yo no he asistido pero otros alojados me han comentado que se han divertido…. Mi experiencia muy positiva

Cobran por adelantado el alojamiento (7 días antes de alojarte). Cuando llegas y quieres cenar, también cobran la cena por adelantado. El trato ha sido frío, sobre todo el camarero de la cafetería que desconocía la bebida vermouth, y bajando al restaurante nos preguntó de forma ineducada qué donde ibamos, como si nos fuésemos a colar en algún sitio. No pude probar la piscina termal por lo que no puedo opinar sobre eso. Nos ofrecieron ir al inicio del agua termal que estaba en una caseta de piedra donde ponía en letras rojas, "prohibido mear".Las habitaciones avisan de que se reservan el derecho de mirar como las has dejado y descontarte lo que consideren oportuno de la tarjeta de crédito, sin reconocer, que las habitaciones son viejunas. Lo desaconsejo totalmente a menos que tengas una enfermedad en la que las aguas termales puedan ayudarte o hacer un milagro.

Magnífico lugar para descansar, relaj**** y pasear rodeados de montañas. Lo mejor: la amabilidad de todo el personal y sobretodo de Katia, una gran profesional con una sensibilidad especial. Instalaciones muy cuidadas con habitaciones pequeñas pero muy acogedoras y con un buen armario para guardar la ropa. El circuito termal fabuloso con un agua que te deja la piel súper suave sin necesidad de utilizar cremas hidratantes. En el restaurante, puedes elegir dos platos para el almuerzo y otros dos para la cena de ocho. Todos caseros y acompañados de vino o agua. Todo el entorno es una maravilla, rodeados de montañas y acompañados por el cauce del río. Desde allí se pueden visitar algunas poblaciones como: Riolago, Lago de Babia, Torrestio, La Cueta... También se pueden realizar rutas de senderismo como la de "Las Brañas" Un lugar inolvidable...

He pasado 10 días en el Balneario Caldas de Luna en León. Un balneario pequeño y acogedor. Una experiencia fabulosa. Lo recomiendo. Destacar el trato profesional, cariñoso y familiar de todo el personal, desde el personal de limpieza hasta el medico. La comida excelente, casera, muy bien presentada, abundante, variada. El entorno idílico para los que busquen relax y contacto con la naturaleza. A 55 km por autopista a León o a Oviedo. Muy recomendable.

Dentro de un paraje natural excepcional, un hotel-balneario también excepcional, por la calidad de su gente, desde quien lo dirige hasta el ultimo colaborador. Sus instalaciones son singulares y apropiadas a un hotel termal, llenando las expectativas de aquellos que hemos conocido otros analogos.