Usuario invitado
13 de febrero de 2023
Estuve alojado en este hotel en agosto de 2022 y me encantó, así que he repetido. Tiene un precio muy razonable y muy buena situación, en Kreuzberg, el barro turco, frente al Landwehrkanal, cerca de una zona muy animada y con dos estaciones de metro a 5 minutos a pie: Möckernbrücke y Hallesches Tor. En la misma acera del hotel hay dos restaurantes, uno etíope y otro griego. En esta ocasión me alojé durante cuatro noches, pagando un total de 175 € por una habitación individual con baño privado en régimen de solo alojamiento. En realidad me dieron una habitación que contaba con una cama individual y una litera, con caja fuerte, suficientes enchufes (cuatro), calefacción, televisión de pantalla plana, limpieza diaria y dispensadores de gel y champú. Disponen de desayuno a un precio de 9,90 €, servicio que no utilicé, y en cuanto a la recepción, muy correcta; me atendió un recepcionista muy amable que habla español. No tengo ninguna queja, por poner algún pero, la ducha no tenía una presión exagerada, pero en relación calidad/precio es imposible pedir más.