Hotel Clopy Rocamar

Personal escaso, si la persona del comedor libra el servicio está desatendido. Si algo del desayuno se acaba, el resto del personal no tiene ni idea de dónde está para reponer. Preguntamos, sin exigir, si tenían leche sin lactosa a lo que nos respondieron que no pero que no tenían ningún inconveniente en que la compráramos nosotros y la bajáramos al desayuno como así hicimos. Durante los días que hemos estado allí siempre había la misma comida y no me refiero a poca variedad, que también lo, todos los días las mismas barras de pan (al día siguiente quedaban las mismas barritas que había el día anterior menos las que había cogido, no se reponían), el primer día estaban crujientes pero según fueron pasando los días se ponían cada vez más blandas. El buffet no se encontraba en el mismo edificio en el que estábamos alojados sino en el de al lado. Dejamos las toallas en el suelo para que nos las cambiaran y aún mojadas, las doblaron y las volvieron a colocar en el toallero. Al bajar a reclamar nos preguntaron si estaban mojadas sabiendo de la pirula que habían hecho. Nos las cambiaron sin problema pero nos pareció un detalle bastante golfo. El servicio de limpieza de las habitaciones suele pasar sobre las 2 de la tarde pese a que no hay excesiva ocupación en el hotel. También tienes que pelearte con el tema del papel higiénico. El hotel se encuentra en una zona bastante tranquila pero muy cercana al centro y al parque de Elche. Con un poquito más de esfuerzo por parte de la organización del hotel sería muchísimo mejor.

El hotel está ubicado en el centro de Benidorm, por lo cual es muy cómodo para caminar, visitar tiendas, restaurantes, bares, etc. El personal es muy amable. La habitación (doble superior) espaciosa, con dos camas de 90 o la unión de ambas siendo cómodas y con dos almohadas, dispone de sofá, amplio baño y muy limpia. El desayuno es muy correcto con jugo, fiambres, huevos, beicon, salchichas, repostería, varios tipos de panes, etc. Para volver