Usuario invitado
4 de septiembre de 2021
Nos alojamos en este hotel, que lo tiene todo para ser un top, durante el mes de agosto: - Perfectamente ubicado para conocer los preciosos pueblos de la Sierra de Grazalema o la increíble Ronda. - Un entorno fantástico junto a montañas y a la famosa Cueva del Gato. - Una atención exquisita y rápida: todas nuestras solicitudes fueron atendidas rápidamente y siempre con inmejorable actitud. - Instalaciones bien cuidadas y amplias. Habitaciones espaciosas, comedor decorado con muy buen gusto, y una zona de piscina con unas preciosas vistas desde la que disfrutar cómo se oculta el sol tras las montañas. - A pesar de estar enfrente de la Cueva del Gato, que recibe un constante goteo de visitantes, el ambiente en el hotel es siempre relajado y tranquilo. El descanso está más que asegurado. - Nos gustó la novedad de poder abrir la puerta de la habitación y del parking con el teléfono, aunque en alguna ocasión el sistema no fue todo lo rápido que debía. Pero para alcanzar ese nivel superior, a nuestro entender deberían cuid**** antes algunos detalles: - Cada vez es más común en los hoteles, pero no por ello deja de ser una triste sorpresa el entrar en la habitación y no encontrar minibar. Especialmente en los meses de más calor en los que tener agua fría en la habitación es todo un placer. - Aunque seguro que el alojamiento no tiene culpa de nada, el acceso cuesta abajo por la pista de hormigón llena de baches y socavones es realmente tedioso y dan ganas de no mover el coche más que para lo justo. - Nos pareció que el número de enchufes en la habitación era escaso, sobre todo al ver que la TV y la cafetera compartían el mismo, por lo que para usar una tenías que desconectar antes la otra. Como poner más enchufes será algo complicado, no estaría de más encontr**** con ladrones o regletas en los que poder conectar más de un aparato eléctrico. - Fue una sorpresa no tener luz de mesilla, ya que es el primer hotel en el que nos pasa. A priori, puede parecer una tontería, pero si te despiertas en mitad de la noche y tienes que encender la luz es muy molesto iluminar toda la habitación. Más aún si viajas con niños pequeños como en nuestro caso. - Aunque lo que ofrecen en el desayuno está todo riquísimo (especialmente el pan y las mermeladas), la variedad es algo escasa y puede resultar repetitiva si te alojas más de un par de noches. Sorprende no tener posibilidad de tomar algo caliente, como huevos, más viendo que tienen gallinas en el huerto o disfrutar de alguna fruta más aparte del melón, cuando hay varias higueras en el hotel. Pero aunque aún tienen estos detalles por pulir, nuestra estancia en el Hotel Cueva del Gato fue fantástica y repetiríamos sin dudarlo.