Usuario invitado
19 de diciembre de 2021
Fuimos a comer recomendados por un amigo y fue un gran acierto. Sabíamos que fabricaban cerveza artesana pero lo que realmente nos sorprendió fue el menú degustación. Es importante saber que no hay carta, se trata de un menú cerrado con varios entrantes (tapitas pequeñas, pero numerosas), 3 principales a elegir 1, postre y café. La chica que nos atendió fue muy amable, se disculpó porque al no estar hospedados y ser un grupo numeroso (6 adultos y 6 niños) no podíamos comer dentro, sino en la terraza, que estaba cerrada con toldos de plástico y tenía una pequeña estufa. Nosotros, por el contrario, estamos encantados allí, más tranquilos y con los niños correteando mientras preparaban todo. La comida fue un espectáculo: no paraban de sacar tapas, ¡11 en total y todas buenísimas! Plato principal había para elegir arroz con secreto y caracoles, carrilleras en salsa o rabo de toro con judiones. Era tan abundante que solo una persona fue capaz de acabar el plato. De postre había tiramisú o crema de chocolate blanco con mango. Ambos caseros y deliciosos también. Pues todo eso más café costaba 25 €. Los niños podían elegir entre pollo empanado, macarrones boloñesa o arroz con secreto por 4,5 €. La jarra de cerveza artesana costaba 7,5 €. Unos precios más que ajustados y en un entorno natural precioso. Es un tesoro algo escondido pero con mucho encanto y que merece la pena absolutamente. Nosotros repetiremos seguro.